La Pluma De Miguel
Enviado por talitall • 12 de Mayo de 2014 • 504 Palabras (3 Páginas) • 885 Visitas
Ah! Miguel, ¿y qué te trae por aquí?
Yo empezaría a relatar mi historia, pero al mismo tiempo Raziel se acordaría de cuando sobrevolaba la tierra, me quitaría la palabra de la boca y se iría por las ramas dejando a su imaginación divagar en el tiempo. Volvería de vez en cuando a la narración, que con una paciencia infinita trataría yo de hilar, intentando no perder detalle, para luego ausentarse una vez más reviviendo alguna de sus hazañas sobre el planeta; y así sucesivamente. La última vez que le conté una de nuestras misiones al sur de Egipto, para que quedara en los anales celestiales, tuve que hacerle 784 visitas y tardé más de 16 años en digerir sus historias con paciencia y tolerancia.
¿Dónde íbamos? ¡Ah! Estaba yo en mi espacio del Cuarto Cielo, del cual soy gobernador, arreglando una balanza. Tenía problemas con uno de los dos platillos, nada menos que con el que pesa las virtudes y todas las obras buenas que traen las almas consigo cuando su vida termina en la Tierra. Parece un trabajo sencillo este de ser Juez de Almas, pero es bastante complicado; que lo diga Azrael que también anda metido conmigo en esta empresa.
Azrael es uno de mis mejores amigos. Es uno de los ángeles más activos del Cielo porque va y viene sin parar por lo menos unas 364 veces al día. ¿Será por eso que el Creador lo ha provisto con 70.000 pies y 4.000 alas, además de tantos ojos y tantas lenguas como hombres hay sobre la Tierra? Es divertido, fanfarrón y un gran amigo. Es el encargado de anotar nombres en un enorme libro, y así como los escribe también los va borrando. Copia los nombres de todos los recién nacidos y borra los nombres de los que acaban de morir, y siempre se está quejando de la poca originalidad que tienen los mortales. Hace algún tiempo, ( y de puro aburrido que estaba), se dedicó a sacar un registro con todos los nombres iguales que había en ese momento en la Tierra. Según sus cálculos habían 13.045.820 personas con el nombre de Juan. Era divertido verlo corretear, pues en cuanto moría un Juan borraba su nombre del libro y restaba sus cifras.
-¡Oye Miguel, tan sólo quedan 13.045.819 juanes! -gritaba con entusiasmo- ¡Espera un poco! ¡No puede ser! Acaban de bautizar a 23 juanes más. ¡Qué poco originales que son! -decía moviendo la cabeza mientras hacía sus cuentas a la velocidad de un rayo.
Azrael, conocido también como el ángel de la muerte, es el que desciende a la Tierra con la lista de aquellos hombres que tiene que recoger ese día. Primero termina con la vida de los mortales acercándoles una manzana a las fosas nasales y después separa el alma del cuerpo con minuciosidad y perfección. Una vez en el Cielo, Azrael busca el registro de las buenas y malas acciones de cada una de las almas y extrae lo que durante años se ha ido acumulando en uno u otro archivo
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