La Princesa Rusa
Enviado por dyanara • 13 de Diciembre de 2011 • 478 Palabras (2 Páginas) • 592 Visitas
MEMORIAS
DE UNA
PRINCESA
RUSA
Primera parte
Lo que sigue es un resumen del diario que llevaba, de manera circunstancial y
detallada, la distinguida persona de cuya historia íntima trata. Aunque se verifica
cotidianamente, es curioso que -por necesario que parezca ocultar nuestros defectos y
debilidades a la vista de otros- a menudo se descubre que un relato completo de
nuestras acciones y nuestra conducta -escrito por la propia mano, inmutable e
innegable- permanece en forma de diario íntimo: en un registro de hechos, fantasías y
emociones que siempre tendríamos que haber estado ansiosos, y lo estábamos, por
enterrar en el olvido. Hay alguna camaradería en la mera comunión de la pluma y el
papel? ¿Se alivian en cierta medida los pensamientos egoístas y acciones secretas
confiándolas al papel bajo la forma de un diario? Un diario que, naturalmente, será
destruido -¡siempre será destruido!-, cela va sans dire. ¿No ocurre que un algo secreto,
afín al orgullo y la satisfacción, brota en el individuo en el mismo devilment, e inspira
la sensación de que es una pena que no quede constancia de tanta astucia, de una
gratificación bien ganada, aunque sólo sea para nuestro uso futuro... y que luego será
entregado a las llamas? ¿Cuántos conocimientos debe el mundo a los diarios íntimos, y
cuántos de éstos estaban destinados a ver la luz? Esa sería una cuestión interesante
para analizar, aunque no es la que nos ocupa de momento. Baste decir que la
distinguida e influyente persona, de cuyas copiosas notas privadas he entresacado
audazmente lo que sigue, ya no existe, y que su diario íntimo, con otros documentos y
efectos familiares, quedó bajo la custodia del bibliotecario de uno de los Depósitos del
Patrimonio Ruso del gobierno de ***, cuyos raros manuscritos y papeles
meticulosamente reunidos he sido autorizado a estudiar.
El período en que ocurrieron los acontecimientos de que me ocupo fue el posterior al
final del reinado de Catalina B, mientras su hijo Pablo, tras suceder a la disoluta
soberana, permitía que su corte, ya contaminada por el descarado libertinaje de su
madre, se revolcara en los vicios sin restricciones que ella había inculcado, y que
continuara --siguiendo su propio ejemplo y estímulo- la inmoralidad desenfrenada de
sus nobles; concretamente, los años 1796 y 1797.
Si el lector desea conocer sintetizadas en pocas palabras las costumbres de.la corte
rusa durante el reinado de Catalina II, puede leer el siguiente párrafo de un historiador
imparcial:
< No creemos que la historia de ningún otro pueblo presente, en los tiempos
modernos, una imagen de inmoralidad más completa
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