La Práctica médica Y Su Relación Con El Vivir De Los Seres Humanos

La Consulta médica es un encuentro íntimo con el paciente. La relación médico-paciente es desde el principio, un encuentro de dos mundos, el primero con la sabiduría necesaria para tratar la enfermedad y el segundo afligido y triste pero con esperanza. La relación médico paciente inicia desde que este aparece en la puerta del consultorio y nunca termina.

El paciente debe ser entendido como un todo y no en partes fragmentadas. Es muy curioso que la medicina por su afán de hacerse más específica y especializada, convierta al paciente en un conjunto de signos y síntomas abstractos y separados, la medicina se ha hecho más precisa pero sacrificando la esencia del paciente. Hoy la misma profesión está más enferma que el propio paciente, todos estamos tentados a perder contacto con lo personal, y basándonos en todo tipo de pruebas diagnósticas olvidamos que el mejor diagnóstico es aquel que se hace frente al paciente, cuando interpretamos sus ojos, sus gestos, sus palabras y no simplemente su dolor, que a veces va más allá del campo físico y compromete su parte espiritual, emocional y psíquica, lo cual me atrevería a decir que sucede en un 80% de los casos.

Es importante enfocar esto desde el tipo de educación que estamos recibiendo, la práctica médica con sus especialidades y subespecialidades se ha encargado de individualizar tanto las partes que nos olvidamos la mayoría de las veces del todo del cual estas hacen parte, es por esto la importancia que le damos a las nuevas disciplinas del área de la medicina, como la bioética que surge en respuesta al problema de la deshumanización de las ciencias de la vida. Es importante aclarar que no se viene a aprender ética y moral en la Escuela de medicina, ya que el estudiante viene con su moral y su ética fundamentada desde su hogar, acá no se viene a cambiar la forma de pensar sino a orientar la labor médica desde un punto de vista más humano, desde el cual se les permita desenvolverse en los misteriosos y complicados dilemas que encierra la práctica médica. La Bioética como tal ayuda a conjugar el carácter moral y personal del médico, no se viene al curso de bioética a ser buena persona, eso lo eres antes o simplemente no lo eres, se viene a encaminar el potencial que tienes hacia el mejor provecho de la práctica de la profesión médica como tal.

Es por esto que al interrogante sobre cómo ser un buen médico no es tan sencillo como parece, inclusive algunos consideran que esta pregunta no tiene respuesta. Al hablar de cómo debe ser un buen médico hay que referirse no sólo a la dimensión científica o del conocimiento que se debe poseer muy bien estructurada, sino a todas las virtudes que debe poseer éste, para ejercer una profesión que requiere de tanto sacrificio, pudiendo llegar a ser una ciencia tremendamente compleja pero a la vez muy humana. Es oportuno resaltar que el obrar del buen médico se verá reflejado desde el juramento hipocrático, fácil de proclamar y pero a la vez extremadamente difícil de cumplir, pues a veces la mente del médico están pensando en algo totalmente diferente a lo que experimenta el paciente en su sentido más íntimo.

La Escuela médica es tan antigua, que resulta siendo una de las primeras profesiones, pero esto sucedió porque se asociaron estudiados del mismo campo a partir de reglas comunes, vale decir que no sucedió esto solo con la medicina sino también con el sacerdocio y el derecho. Lamentablemente, estas normas comunes que en un principio dieron pie para que se forjaran estas sociedades, son las que hoy día despersonalizan

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