La Verdad De Las Mentiras - Mario Vargas Llosa
Enviado por zeroenek • 19 de Abril de 2012 • 722 Palabras (3 Páginas) • 1.091 Visitas
Vargas Llosa parte hablando de cómo los inquisidores españoles prohibieron que se publicaran novelas en las colonias, por considerarlas disparatadas y absurdas, es decir: mentiras. Y resulta que los inquisidores sí tenían razón en parte. En efecto las novelas mienten, sólo que mintiendo, expresan una curiosa verdad: los hombres no están contentos con su suerte y casi todos quisieran vivir una vida distinta. Las ficciones nacieron para aplacar ese apetito. Son un paliativo para el divorcio entre nuestra realidad limitada y nuestros apetitos desmedidos.
Las novelas no cuentan la vida, sino que la transforman. Todas rehacen la realidad, embelleciéndola o empeorándola. Aún si se intentara narrar hechos ciertos y describir personajes de forma exacta, las novelas no serían menos mentirosas. En la literatura fantástica existe una representación de realidades, el lector encuentra en la “irrealidad” experiencias que puede identificar en la vida.
No es el carácter “realista” o “fantástico” de una anécdota lo que determina qué es verdad y qué es mentira en ficción- Lo que decide la verdad o la mentira de una ficción es que ella sea escrita y no vivida, que esté hecha de palabras y no de experiencias concretas. Al convertirse en lenguaje los hechos sufren una modificación. El hecho real es uno, mientras que los signos para describirlo son miles. Cuando el novelista elige unos signos y rechaza otros, privilegia una de las mil posibilidades o versiones que podría haber utilizado para contar algo y así lo que describe se convierte en lo descrito (las otras posibilidades desaparecen y nos quedamos sólo con lo que el autor eligió).
Otra modificación de los hechos al ser narrados es la del tiempo. La vida real fluye y no se detiene. En la ficción todo se torna orden: organización, causa y efecto, fin y principio. Se juega con el tiempo para conseguir ciertos efectos psicológicos. En las novelas siempre podemos encontrar un sentido, una perspectiva, que no encontramos en la vida real.
¿Qué diferencia hay entre una ficción y un reportaje periodístico o un libro de historia, si estos también están hechos de palabras?
La respuesta es que se trata de sistemas opuestos de aproximación a lo real. En tanto que la novela se rebela y transgrede la vida, estos otros géneros son esclavos de ella. En ambos casos la noción de verdad o mentira funciona de forma distinta. Para el periodismo o la historia la verdad depende de la correspondencia de lo escrito con la realidad que lo inspira (a más cercanía = más verdad / a más distancia = más mentira). En cambio la verdad de la novela depende de su propia capacidad de persuasión, de la fuerza comunicativa de su fantasía. “Decir la verdad” en una novela es que el lector logre vivir una ilusión y “mentir” es que esto no se logre. Así toda buena novela dice la verdad, y toda mala miente.
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