La Vida Cambia Al Cerrar Los Ojos
Enviado por HeavyLessly • 5 de Abril de 2013 • 498 Palabras (2 Páginas) • 450 Visitas
La vida cambia al cerrar los ojos, porque a pesar de que no vez nada más que una mancha negra, el corazón siente y la imaginación vuela…
Esa fue la sorpresa que me lleve cuando arrullaba el insomnio, en una risueña charla mientras observaba las sombras de un árbol que se posaban detrás de sus ojos; si, los tenia de frente, y aunque no los podía ver, si podía sentir que no me quitaban la mirada.
Tal vez eran las dos de la madrugada, cuando recostados en un colchón que se movía mas que una balsa entre los rápidos de un rio caudaloso, nos disponíamos tal vez a descansar después de culminar una noche de aventura, en medio de la lluvia y un paisaje adornado por las turbulentas luces que caían del cielo, alumbrando el panorama de un mirador esbeltamente bello en medio de las montañas.
Allí, en ese lugar en medio del frio y de las risas que adornaban la relajación de un cuerpo en busca de calor, dos miradas se cruzaban disimuladamente mientras sus dueños y su compañero esperaban a que San Pedro se apiadara de ellos y parara la lluvia para regresar a casa.
Finalmente la lluvia ceso, y muertos del frio salieron corriendo, pues era más de la media noche y el camino lucia desolado y estaba cubierto por pequeños pozos de agua. La locura se adueño de ese instante, porque aun en los momentos más temibles hay que sonreírle a la vida, y ella no le importo tener que perder la delicadeza para ensuciar sus ropas hasta no dar más, y contagiar de locura a sus acompañantes que a la vez cuidaban de ella.
La llegada fue pronta, pues cuando te diviertes el tiempo pasa volando, y para ellos, tal vez la hora de dormir se hacía más pronta, ¿Pero porque tanta incertidumbre? ¿Porque se complicaban tanto en ocupar un lugar para dormir?, tal vez porque si ocupaban el lugar del otro podrían dormir juntos y acercar un poco mas esas miradas que se atravesaban.
Finalmente apagaron la luz, y ella, como la mortadela en medio de un Sándwich, de poso entre sus dos acompañantes y dirigió la mirada hacia la sombra de aquel árbol. Estando allí conciliando el sueño mientras hacía susurros risueños con su compañero del frente, hasta que el cansancio no dio más y el silencio se adueño del momento.
Fue allí, cuando mirando la mancha negra que se dibuja al cerrar los ojos, regreso una luz que nacía desde su vientre, al sentir los carnudos labios de su compañero rosando los suyos, ¡Vaya sorpresa!, era algo esperado, pero el caso es que la tomo por sorpresa. La llama se encendió cuando ella dio respuesta a ese beso que se multiplicaba entre el tiempo, y les permitía entrar en un mundo que su compañero del lado no podía ver, un mundo que no necesitaba de sabanas para no ser visto, bastaba solo cerrar los y hacer un puente que conecta las mentes a través de los labios.
...