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La Violencia Contra La Mujer


Enviado por   •  23 de Abril de 2014  •  1.965 Palabras (8 Páginas)  •  211 Visitas

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La violencia en general es uno de los actos más ruines, despiadados e imperdonables que puede haber, ya que de este se genera una serie de sucesos negativos alrededor de quien la ejerce así como de quien la recibe.

Entender las razones que están detrás de la violencia de género supone profundizar en las relaciones entre mujeres y hombres y en el contexto donde tales relaciones se producen. Ese contexto está cargado de historia, de cultura, y por lo tanto, de valores, ideas, creencias, símbolos y conceptos que pueden explicar por qué en ocasiones la violencia incluso se ha naturalizado.

La violencia contra la mujer es el término utilizado para referirse a cualquier tipo de maltrato que cause un daño físico, verbal o psicológico, en contra de las mujeres. Podríamos decir que La violencia contra las mujeres se hace reiterativa y sistemática que alcanza un nivel de discriminación y menosprecio causando un gran impacto en la dignidad e integridad física.

Existen varios factores que perpetúan la violencia de género como lo son los factores culturales, económicos, legales y políticos.

Los factores culturales incluyen las definiciones culturales de los roles apropiados tanto para hombres como para mujeres y las expectativas del cumplimiento de los mismos dentro de las relaciones. Existe también una creencia de superioridad inherente de los hombres sobre las mujeres misma que les da valores y derechos de propiedad sobre las mujeres, así como la noción de la familia como una esfera privada y bajo el control masculino. Otro de los factores culturales es la aceptación de la violencia como un medio para resolver conflictos.

En el ámbito económico, los factores más importantes son la dependencia económica de las mujeres y el acceso limitado que tienen al ingreso familiar así como a la educación, formación y empleo.

Usualmente la violencia de género se relaciona únicamente al maltrato o agresión físico o sexual pero la realidad es que la violencia ejercida sobre las mujeres se expresa de múltiples formas y en todos los ámbitos en donde se desenvuelva la mujer.

El maltrato físico se refiere al uso deliberado de la fuerza con la intención de generar una lesión física, daño o dolor.

El maltrato psicológico o violencia psicológica se refiere a los actos que atentan contra la identidad psíquica y emocional así como contra la dignidad de la persona. Este tipo de maltrato se manifiesta en tácticas de ejercicio de poder y control como lo son la vigilancia, los insultos, las humillaciones, las prohibiciones y las manipulaciones afectivas que tienen como consecuencia el aislamiento y la anulación de la autoestima de la mujer. El maltrato psicológico tiene como objetivo la desvalorización, el dominio, y el aislamiento y se encuentra en todos los casos de violencia de género.

El maltrato sexual incluye cualquier acto de intimidación sexual forzada por el agresor o no consentida por la víctima.

Existe también el maltrato o violencia económica que se refiere a disponer y administrar los recursos económicos sin consultar a la mujer e impidiéndole acceder a ellos.

La violencia psicológica tiene como objetivo la desvalorización, el aislamiento y el abuso social, el control y el dominio y el chantaje emocional.

Las conductas de desvalorización incluyen el tratar a la mujer como inferior, criticarla sistemáticamente, no permitirle tomar decisiones, insultarla o criticar su apariencia, no tomar en cuenta sus opiniones, humillarla y elogiarla alternadamente hasta generarle confusión, entre otras. Los objetivos de la desvalorización son el hacer sentir a la mujer que, debido a su poco valor, es afortunada por estar en la relación así como también el crearle inseguridad y ansiedad ante cualquier planteamiento de abandono por parte de ella. Las consecuencias son la destrucción de la autoestima, la distorsión de su auto imagen y el sentirse poco valiosa.

El aislamiento y el abuso social tienen como objetivo el aislar a la mujer para poder ejercer un control sobre ella más eficaz. Las conductas más comunes son el lograr alejar a la mujer de su familia y amigos a través de tácticas indirectas tales como generar situaciones que le resulten incómodas cuando está con ellos e impedir la relación sobrecargándola de deberes en el hogar. Las consecuencias de este tipo de abuso son la incomunicación, el aislamiento, dependencia y la ruptura del apoyo social del entorno de la mujer.

Las conductas de control y dominio tienen como objetivo el imponer la autoridad del hombre en la relación y tienen como consecuencia la pérdida de libertad, el miedo y la falta de poder para tomar decisiones. Las conductas más comunes son las llamadas telefónicas constantes, el pretender conocer en todo momento dónde se encuentra la mujer y cada una de sus actividades; el manifestar celos y sospechas continuamente, el acusarla injustificadamente de coqueteos con otros y el exigir sometimiento y obediencia.

Las amenazas tienen como objetivo principal el impedir que la mujer cuente lo que pasa dentro de la relación así como el impedir que abandone la relación, sus principales consecuencias son el infundir el temor en la mujer y paralizarla a la hora de tomar decisiones.

Finalmente el chantaje emocional utiliza la lástima como técnica para manejar a la pareja imponiéndole la necesidad de hacerse cargo del otro por el sentimiento de culpa que genera este tipo de abuso. Las conductas más frecuentes son el amenazar con suicidarse si la mujer plantea terminar con la relación, infundir lástima e inducir sentimientos de pena hacia él con argumentos tales como dolencias, problemas en el trabajo, una infancia desdichada, etc.

A este proceso se le conoce como ‘Escalada de Violencia’ que es paulatino y ascendente de etapas en las que la intensidad y la frecuencia de las agresiones se van incrementando a medida que pasa el tiempo. Comienza con agresiones psicológicas, subiendo a las verbales y finalmente a las físicas.

Este proceso comienza con conductas de abuso psicológico bajo la apariencia de actitudes de cuidado y protección, prácticamente imperceptibles por su apariencia amorosa, que van reduciendo la seguridad y confianza de la mujer en sí misma. Este tipo de conductas son restrictivas y controladoras que minan tanto la autonomía como el desenvolvimiento de la mujer con sus cercanos. Usualmente estas conductas suelen ser el inicio del maltrato y nunca son vinculadas a comportamientos violentos.

Dicha estructura progresiva de la evolución de la violencia provoca que la víctima se acostumbre a la violencia paulatinamente. Está demostrado que la exposición repetida a cualquier grado de violencia afecta y disminuye la conciencia crítica de percepción y rechazo

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