La amistad en estos tiempos

La Amistad; es un sentimiento que nace sin que nadie se lo proponga. Espontaneo y etéreo, viene a conformar unos de los más puros sentimientos como es el amor y el cariño. Pero, pareciera que tal sentimiento o emoción variara a través del tiempo y las circunstancias. Obviamente es una emoción muy humana y como humanos evolucionamos o mejor dicho involucionamos en muchos aspectos de la vida y la amistad no escapa a ello, como uno de los fundamentos de la actividad social del individuo.

A través de mi vida, he visto en mis predecesores, miembros de mi familia y sus relacionados un comportamiento sumamente distinto alrededor de lo que la amistad representa para ellos y su valoración. Sin duda totalmente diferente a mis actuales tiempos. Para la mayoría de ellos, la amistad “es a brazo partido”, de plena entrega, incondicional, sin espacio ni tiempo y a pesar de que no se frecuentan a menudo por sus obligaciones individuales, en los momentos difíciles de alguno de ellos aparecen de la nada, en bloque, para reconfortar y ponerse a disposición alrededor del infortunado para lo que necesite tanto material como emocionalmente.

En ellos, “el problema de uno es de todos”. O como profesa mi Padre, “cuando un amigo me plantea un problema, automáticamente, deja de ser problema y pasa a ser mío’, el resuelve.

Comportamientos como esos, son difíciles de ver en los actuales momentos. Según el me comenta, dicho comportamiento era respuesta muy usual para las personas contemporáneas a él. Sin distingo de sexo, credo, color o clase social. Suficiente que existiese un vestigio de amistad.

Se saludan con la palabra “Hermano”, con relaciones afectivas pero de mucho respeto y pienso que allí está la diferencia con la amistad y sus manifestaciones que vemos hoy en día.  

Los de este tiempo y de esta ciudad, comenzamos para saludarnos con la palabra “Marico”. Sin olvidar que esta fue precedida por la palabra “Mardito”, en  una clara degradación del saludo, pienso que estas palabras fue el comienzo de la decadencia de un sentimiento tan puro y espontáneo, como la amistad y sus distintas expresiones. Inconscientemente, nos agredimos y genera una extraña manera de relacionarnos, incluso sexualmente no distinguimos mujeres y hombres para tratarnos unos a los otros de maneras poco convencionales. Allí  comienza todo, así deterioramos, sobre todo en la memoria inconsciente, cualquier concepto o modelo de la amistad e instalamos la construcción de modelos afectivos que se alejan del “Brazo partido”, del “Hermano”, de ese brillo en los ojos que se enciende cuando los que me precedieron, se ven.

Mi vida comenzó con este siglo, y en mi Colegio no fue distinto a lo que ahora vivimos. Al parecer, la degradación de la amistad se ha profundizado, quisiera que se retomaran muchas cosas y otras se recondujeran. Sé que esto es expresión de una  sociedad enferma y no me refiero únicamente a la nuestra. Es global. Las sociedades y su individuos descubren opciones en sus relacionar, mutan ficcionalmente, pero eso no dice que evolucionamos. Me gustaría que se reeditaran algunas prácticas sociales donde nos valoremos más como personas y como amigos.

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