La ciudad y los campesinos.
Enviado por mariaaa12345 • 4 de Abril de 2016 • Tarea • 751 Palabras (4 Páginas) • 210 Visitas
Humanidades I
Primera Entrega
Maria Alejandra Gualtero González.
¿Quién soy en la Ciudad?
“La anti-Ilustración patrocina una modernidad diferente, que “se rebela contra el racionalismo, la autonomía del individuo y todo lo que une a las personas: su condición de seres racionales con derechos naturales”.
Quisiera olvidarlo, pero en el año 1950 un día de noviembre mi vida empezó a cambiar drásticamente. Mi familia estaba tan atemorizada que apenas podían respirar, estaba decidido a dejar mi pasado, mi patrimonio y mi identidad con tal de protegerlos, la prioridad era seguir con vida. Recuerdo que al salir de casa con mi familia y unas pocas pertenecías esenciales, el panorama era aterrador y en verdad no quisiera que alguien más tuviera el infortunio de ver algo así. La cantidad de sangre a los alrededores era alarmante y la presión de desalojo por medio de la quema de predios era atemorizante, salí de mi hogar huyendo como criminal pero la verdad era otra, las guerrillas de los partidos habían arrancado todo lo que teníamos. La lucha bipartidista había comenzado.
No había opción, pasamos de estar en el campo a estar en la ciudad donde nos tuvimos que adaptar lentamente y de la manera más tediosa. Tener trabajo digno en la ciudad es algo que pareciera ser exclusivo de la sociedad urbana. Mi familia y yo decidimos seguir con vida y dejar todo lo que teníamos atrás, pero lo más triste del asunto radica en que la sociedad urbana cree que somos personas que no sabemos nada de nada, que por haber nacido en un lugar distinto a las grandes ciudades no tenemos la misma capacidad de ellos. A mi hijo mayor, que tiene 13 años lo discriminan por ser campesino desplazado; -como si esto fuera algo que nosotros hubiéramos elegido ser-, las personas en la ciudad tienden a dejar el trabajo sucio a los foráneos mientras los de la ciudad andan por la vida con una venda en los ojos. El Estado se ha encargado de privarnos todos y cada uno de nuestros derechos fundamentales, las constantes luchas de partidos crearon una guerra civil afectándonos a todos, pero evidentemente a unos más que otros. En estos años las plazas de mercado de las ciudades no representan más que el oscuro panorama de personas forzadas a estar acá, personas que hemos dejado todo lo que amamos en el pasado. La distancia que existe entre justicia y lo que vivimos ahora es muy larga, Laureano Gómez ha alargado demasiado el sufrimiento de los campesinos, somos los menos poderosos los más desfavorecidos, somos los campesinos quienes pagamos la lucha política. Vivir en Colombia y ser campesino es el equivalente a ser animal, -sin derechos, sin vida ni trabajo digno-, representamos la mayoría del pueblo colombiano y estamos atados a una bomba política que al estallar acaba con todo lo que hay; casas, familias, vidas y causa dolor, mucho dolor.
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