La crisis que vivió el sector indígena de Pastaza

En este libro Suzana Sawyer nos habla de la crisis que vivió el sector indígena de Pastaza con la excavación en busca de petróleo de las grandes multinacionales que en 1990 se encontraban en el Ecuador. Ellos crearon un movimiento en protesta de la explotación de su territorio empezando con la creación de la Organización de Pueblos Indígenas de Pastaza (OPIP).

En el texto aparecen tres actores, las comunidades indígenas, las multinacionales petroleras y el gobierno neo liberalista de la época. Las comunidades indígenas empezaron a asociarse por primera vez en los años 60, cuando las reformas agrarias y la explotación petrolera empezaron a irrumpir en “sus” tierras.

La Confederación de las Nacionalidades Indígenas del Ecuador (CONAIE), fue la organización indígena política más grande a nivel nacional, bajo la cual operaron otras organizaciones como la OPIP (Organización de Pueblos Indígenas del Pastaza), clasificada por Sawyer la organización de indígenas más activista del país. Aunque en algunas ocasiones la OPIP se unió a otras organizaciones del sector para defender sus intereses comunes, también existieron divisiones políticas como fue el caso de la Directiva Intercomunitaria de Comunidades Independientes de Pastaza, DICIP, ya que para la OPIP era una organización sin historia y además mantenía relaciones con la empresa petrolera ARCO y con el gobierno neoliberal de la época.

Arco se aprovechó de esas diferencias e irrumpió en DICIP ofreciéndoles regalos, que compraban sus intereses y haciéndose ver como una especie de Héroe salvador que viene a cooperar con el “modernismo”.

Mientras tanto OPIP se asoció con otras comunidades del Ecuador para defender sus derechos en sus territorios y también logró el apoyo internacional de las comunidades ecologistas. Al ver esto, la empresa ARCO intentó, en una de las reuniones mantenidas con OPIP, separar la parte social y política de sus protestas de la parte ambiental, para de esta manera nuevamente ARCO verse como un héroe en busca de la protección ecológica con la creación de su propio comité ambiental.

Sin embargo ARCO no fue la única empresa multinacional que se dedicó a extraer petróleo de tierras ecuatorianas, Texaco fue la primera y también causó muchos daños ecológicos. Como lo redacta una mujer a quién la autora entrevista, la extracción de petróleo por parte de las multinacionales está causando la destrucción de sus terrenos, contaminación de sus ríos y pérdida de varias vidas animales por la contaminación causada. Esto genera que exista un terror tóxico debido a la explotación petrolera que amenaza las comunidades indígenas de los sectores afectados.

Las corporaciones multinacionales pudieron entrar en Ecuador y explotar los bienes como parte de la estrategia gubernamental de neo liberalización, Sawyer identifica a la

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