La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo

                                                                                                                                                   [pic 1]

¿Algún día lo lograremos?

“La educación no cambia el mundo, cambia a las personas que van a cambiar el mundo.”

Paulo Freire

¡Qué fácil decirlo!, pero nuestra pregunta es: ¿cómo cambiaremos nuestro país, si no avanza nuestra educación? Sabemos que la educación es un problema con el que hemos estado luchando desde hace mucho tiempo; pero es ante esta afirmación donde nos interrogamos, ¿realmente estamos luchando?

El Estado nos ha prometido una mejoría en el sistema educativo; pero, ¿cómo puede decir eso si aún hay escuelas en condiciones que ponen en duda el poderlas llamar de tal forma; cuando reduce ingresos al sector educativo en lugar de invertirle lo necesario para cumplir lo que tanto promete?

Lamentablemente el gobierno no es el único con falta de compromiso; los jóvenes tampoco luchan por sus derechos, en este caso, el de la educación… Y no cualquier educación, como a la que el régimen gubernamental nos tiene acostumbrados, sino una digna; una que nos permita ser competentes no solo en nuestro país, sino fuera del mismo.

Es frente a esta situación donde nos preguntamos: ¿Quién falla más: los jóvenes, quienes presentan un bajo nivel de escolaridad por falta de interés en sus estudios; o el Estado, quien promete una reforma educativa, pero no la cumple al ver sus intereses en riesgo?

Nos referimos a la reforma educativa, misma que al poner en riesgo las elecciones del 7 de junio del presente, se vio suspendida y olvidada por el gobierno; pero, ¿por qué amenazaba los intereses del estado? Para los profesores, la única preocupación en ese momento era la evaluación que demostraría sus pocos conocimientos, y al ser ésta un medio que pondría en duda el derecho a una plaza, no encontraron mejor solución que el amenazar al estado con el sabotaje de sus elecciones. Fue por eso que Chuayffet no tuvo más remedio que cancelar dichas evaluaciones, que de haberse realizado, habrían logrado un cambio en el futuro de la educación de nuestro país; esto, creyendo el cumplimiento de lo establecido en la Reforma que tanto presumía nuestro gobierno. Pero qué lamentable, poner en duda dicho cumplimiento, sin embargo ésta surge porque el Estado nos ha dado razones de más para pensar así.

Es con base a estas acciones, donde observamos que los maestros lejos de ver estas evaluaciones como una oportunidad de crecimiento laboral, lo ven como una amenaza; pues saben que no están lo suficientemente capacitados para llevar el futuro de nuestro país en sus manos.

        Es así, como dos estudiantes de sexto de preparatoria, llegamos a la conclusión de que nuestra mala educación es el resultado de una combinación de falta de compromiso por parte de los estudiantes, profesores y Estado; quienes juntos minimizan la importancia de la educación para nuestro país. Unos no estudian, otros no se preparan lo suficiente y quienes están a cargo del sistema educativo se muestran egoístas, dándole más importancia a sus intereses que al futuro del país. Y así nos preguntamos: ¿algún día lograremos un nivel de educación lo suficientemente bueno como para cambiar a nuestro país, y posteriormente al mundo?

...