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Estado De La Población Mundial 2011: 7 Mil Millones De Personas: Su Mundo, Sus Posibilidades.


Enviado por   •  28 de Julio de 2013  •  1.994 Palabras (8 Páginas)  •  707 Visitas

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Cada uno de los países que figuran en este informe considera que las tendencias de su propia población, como la urbanización, la mayor esperanza de vida y el rápido aumento de poblaciones en edad activa, constituyen no solamente grandes desafíos, sino también enormes oportunidades, y que es preciso aprovechar estos momentos para una transformación en condiciones propicias. A veces, tales tendencias se dejan de lado en los debates sobre el tamaño de la población, pero solamente cuando se las analiza es posible poner de manifiesto muchos riesgos inmediatos y también muchas oportunidades.

En casi todos los países del mundo, las ciudades están en expansión. Si cuentan con una racional planificación y con políticas adecuadas, los gobiernos pueden propiciar un crecimiento urbano que estimule la economía y cree empleo, utilizando al mismo tiempo la energía de manera más eficiente y proporcionando servicios sociales a mayores cantidades de personas. Las personas menores de 25 años de edad constituyen un 43% de la población mundial.

Cuando los jóvenes pueden reivindicar sus derechos a la salud, la educación y las condiciones de trabajo decorosas, se transforman en una poderosa fuerza que impulsa el desarrollo económico y el cambio positivo. En todo el mundo en desarrollo, los científicos sociales y los responsables políticos aspiran a aprovechar al máximo las grandes poblaciones de jóvenes, tanto en beneficio de los propios jóvenes como para estimular el crecimiento económico y el desarrollo. No obstante, esta oportunidad de cosechar un “dividendo demográfico” es un momento fugaz que debe aprovecharse al vuelo, pues de lo contrario, se perderá.

En los países más pobres, la extrema pobreza, la inseguridad alimentaria, la desigualdad, las altas tasas de mortalidad y las altas tasas de natalidad forman parte de un círculo vicioso.

Es posible quebrar dicho círculo vicioso al reducir la pobreza mediante inversiones en salud y educación, especialmente en beneficio de las mujeres y las niñas. A medida que van mejorando las condiciones de vida, los padres y madres pueden confiar más en que la mayoría de sus hijos sobrevivirá; entonces, muchos optan por tener familias más pequeñas. Así es posible hacer mayores inversiones en el cuidado de la salud y la educación de cada hijo, y se mejoran la productividad y las perspectivas a largo plazo, para las familias y el país.

JÓVENES

Mientras las personas de hasta 24 años de edad constituyen casi la mitad de los 7.000 millones de personas del mundo (y hay 1.200 millones que tienen entre 10 y 19 años de edad), en algunos grandes países en desarrollo su porcentaje con respecto al total de la población ya ha llegado a su máximo, según la División de Población del Departamento de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas en su informe World Population Prospects: The 2010 Revision.

Actualmente, los empleos seguros que ofrecen una remuneración adecuada escasean en casi todo el mundo, especialmente para los jóvenes. La Organización Internacional del Trabajo (OIT) informó en 2010 de que 81 millones de los 620 millones de jóvenes de 15 a 24 años de edad de todo el mundo económicamente activos —o 13% de ese grupo de edades— estaban desempleados el año anterior, debido mayormente a la crisis financiera y económica mundial.

Al culminar la crisis económica, entre 2007 y 2009, la tasa mundial de desempleo de los jóvenes experimentó el mayor aumento jamás registrado: desde 11,9% hasta 13,0%.Las mujeres jóvenes han tenido más dificultades que los jóvenes varones para encontrar trabajo, agrega la OIT. En 2009, la tasa de desempleo de jóvenes mujeres era de 13,2%, en comparación con la masculina, de 12,9%.

El desempleo de los jóvenes y las situaciones en que los jóvenes simplemente desisten, desalentados, de seguir buscando trabajo “suscitan costos para la economía, para la sociedad, para la persona y para sus familias”, advierte la OIT, que agrega “hay un vínculo comprobado entre el desempleo de los jóvenes y la exclusión social”.

Algunos jóvenes que no están en condiciones de obtener sus propios ingresos deben ser apoyados financieramente por sus familias, lo cual sustrae el dinero disponible para gastos e inversiones en sus hogares. Las sociedades pierden las inversiones efectuadas en educación. Los gobiernos se ven privados de contribuciones a los sistemas de seguridad social. “Todo esto amenaza el potencial de crecimiento y desarrollo de las economías”, dice la OIT. Es imprescindible crear oportunidades de obtener ingresos debido a que los jóvenes no solamente son fuentes de ideas e innovación, sino también “impulsores del desarrollo económico” de un país. “Desperdiciar este potencial es un despilfarro económico”.

Millones de adolescentes, niñas y varones, sueñan con tener vidas plenas, felices y en condiciones de seguridad; no obstante, una vasta mayoría de ellos recibe escasa información fidedigna con respecto a cuestiones de sexo, sexualidad o género. Las consecuencias son bien conocidas: al carecer de acceso a una educación integral sobre sexualidad y a servicios de salud sexual y reproductiva, los jóvenes —especialmente las niñas— son más vulnerables a atroces problemas de salud reproductiva y sexual, como convinieron 80 expertos congregados en la Consulta mundial acerca de educación sobre sexualidad reunidos en Bogotá, Colombia, en diciembre de 2010. La educación sobre sexualidad ayuda a promover la salud y a prevenir las infecciones de transmisión sexual, incluido el VIH, así como los embarazos no deseados entre las jóvenes, pero también promueve las normas de género equitativas y el empoderamiento de las jóvenes, afirma Mona Kaidbey.

Lograr participación política e influencia sobre la formulación de políticas en forma proporcional a las cantidades de personas jóvenes es una preocupación compartida por los jóvenes de todo el mundo, a juzgar por los pedidos presentados por jóvenes varones y mujeres que participaron en las actividades de la Conferencia Mundial de la Juventud celebrada en Guanajuato, México, en agosto de 2010, al comenzar el Año Internacional de la Juventud promulgado por la Asamblea General de las Naciones Unidas.

Pese a las diferencias en los puntos de vista de las actuaciones oficiales y extraoficiales, hubo algo evidente para todos:

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