La enseñanza del arte en el plano interdisciplinario

Sabina Loghin Tiu

96283

La enseñanza del arte en el plano interdisciplinario

Para acercarse al arte, existen dos formas primordiales: la del espectador común y la del espectador culto. El espectador común se dejará llevar por la espontaneidad del sentimiento que se transmite y que tiene en común con la obra de arte, identificando en ella los procesos más habituales de la vida humana y cotidiana, pero viéndolo desde un punto de vista “bello”, es decir, haciendo un juicio estético y muy personal. El espectador culto, en cambio, hace un estudio, un análisis de la obra y de su contenido, encuentra un significado más profundo y considera la capacidad reveladora del arte. Hasta este punto ambas parten del sentimiento para aproximase al arte, sin embargo ninguna de las dos es suficiente para abordarlo. Habría que encontrar un balance, donde se obtenga la espontaneidad del sentimiento auténtico y la profundidad del sentimiento reflexionado, dentro de un discurso interdisciplinario que se interrelacione con el mundo de los sentidos, que se revele como un sentimiento y una vía de conocimiento más amplia y justa.

Esto se logra mediante el juicio estético que a diferencia del juicio de conocimiento, su lógica es la razón de sentir, la sensibilidad en su terreno. La verdad estética es más completa porque en ella se conjugan el sentimiento, inteligencia y voluntad. En este punto es irrelevante lo objetivo o subjetivo que pueda ser el juicio estético, dado que el arte mismo es subjetivo, cada obra es una manera diferente de ver la vida. Rechazar el carácter revelador del arte y reducirlo a una función puramente simbólica conlleva a la aseveración de la muerte del mismo. Habrá en cambio que considerar al arte no como un dador de respuestas, sino como la revocación de todo diálogo definitivo que inicia de nuevo el diálogo, la “caída en la noche” para renovar la luz. El arte constituye así una equivocidad de lo real, regresándole a lo real mismo su condición natural de ser algo por completar. En el arte no se simula la realidad, sino que se poetiza y se fabula. El ser del arte no puede apresarse objetivamente porque está contenido entre el ser y las figuras que lo encarnan. Si la genialidad del artista es dejar ver nuevas formas del aparecer, el contemplador objetivará esas formas por medio de su apreciación y gozo.

La imagen es una forma de relación con el espíritu, con el mundo, cierta manera de representárnoslo, de mirarlo. Evoca lo real, no lo reproduce, espiritualizándolo. El arte no es una simple transcripción de lo real, es la búsqueda de eso real al inventarlo. El arte es el mediador entre el espíritu y la naturaleza. No es simplemente una cuestión estética, sino que la estética es una forma más del arte. Sin embargo, la belleza no existe por sí misma, pues nada es esencialmente feo, porque todas las formas son capaces de interesar nuestra atención. La belleza es, pues, un medio de perfeccionamiento de la sensibilidad.

...