La esquizofrenia es un diagnóstico psiquiátrico

“La esquizofrenia (del griego clásico σχίζειν schizein ‘dividir, escindir, hendir, romper’ y φρήν phrēn, ‘entendimiento, razón, mente’) es un diagnóstico psiquiátrico que se usa para personas con un grupo de trastornos mentales crónicos y graves, caracterizado a menudo por conductas que resultan anómalas para la comunidad, y falta de percepción de la realidad, alteraciones en la percepción o en la expresión de la alteración de la realidad.1 La esquizofrenia causa además un cambio mantenido en varios aspectos del funcionamiento psíquico del individuo, principalmente de la conciencia de realidad, y una desorganización neuropsicológica más o menos compleja, en especial de las funciones ejecutivas, que lleva a una dificultad para mantener conductas motivadas y dirigidas a metas, y una significativa disfunción social. Entre los síntomas frecuentes están las creencias falsas, un pensamiento poco definido o confuso, alucinaciones auditivas, reducción de las actividades de relación y de la expresión de emociones, e inactividad.”

Esta enfermedad con el pasar de los años ha trasformado el derecho positivo radical en cuanto a sancionar las conductas punibles se refiere, ya que se parte de la idea de que el ser humano tiene libre albedrio para la toma decisiones, lo cual raya con ciertos actos que los enfermos puedan causar y a pesar de ello no tomar las sanciones comunes que en derecho es normal, el inconveniente llega cuando por razones psicológicas algunas personas sufren trastornos tan graves que en ocasiones actúan cegados bajo sus temores irracionales producidos por su mente. Es por ello que el término Inimputabilidad, encaja como una descripción y a la vez solución para definir que algunas personas a la hora de ser juzgadas no se le puede hacer merecer una pena corriente como frecuentemente es dada, pues en el caso más concreto, las personas con esquizofrenia después de ser examinadas por un médico legista especializado en enfermedades mentales llega a la conclusión que las personas con este trastorno mental sufren de alucinaciones auditivas como voces en su cabeza las cuales les incita, según ellos a cometer ciertas conductas reprochables, por ende no estaban bajo su criterio de que acto es moral o no, y más cuando en ocasiones estas personas padecen además de delirios de persecución o sienten que si no hacen ciertos actos su propia vida correría un peligro inminente.

Es motivo por el cual el derecho penal tiene que salirse de sus márgenes cuadriculadas a la hora de dictarse un fallo en contra de este tipo de personas, pues la cárcel no es un lugar para reformar, y más cuando en un contexto social se establece que estos sujetos son prisioneros de su propia mente la cual genera los padecimientos anteriormente nombrados, los cuales generan alteraciones de la realidad, angustia y depresión, entre otros síntomas.

Tal situación motiva a los legisladores a crear

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