La farsa de maese Рathelín

LA FARSA DE MAESE PATHELÍN

Pathelín, un abogado deshonesto y sin dinero, cree que la apariencia es más importante que sus actos, de manera que quiere vestir bien para aparentar ser una persona de dinero. Aunque se considera un hombre muy listo y con la capacidad de engañar a todo el mundo, los demás lo consideran un mentiroso y falso fracasado. Un día Pathelín se dirige hacia la tienda del Pañero, y una vez está allí lo halaga para que el Pañero le venda fiado, aunque lo que Pathelín pretende es que la tela le salga totalmente gratuita. A Pathelín no le sale bien la jugada, de manera que le invita a comer ganso a su casa y le dice que en ese instante le pagará la tela. Ambos creen haber ganado con el trato, y cuando Pathelín llega a casa, le pide a Guillermina, su mujer, que le siga la farsa.

Cuando el Pañero se presenta en casa del abogado a cobrar, éste se halla en la cama simulando delirar y en estado moribundo, pero el Pañero no cree en su enfermedad, ya que por la mañana estaba en buen estado, de manera que insiste en que le den ganso y le paguen la tela, pero no lo logra, así que se va pensando en que ha sido un error suyo.

El mismo Pañero acusa a su pastor, de matarle gran parte de su rebaño para comerse sus ovejas. En esto, el Pastor contrata a Pathelín para que lo defienda ante su amo; el abogado le aconseja que en el juicio se haga el despistado y no responda a ninguna pregunta, solamente debe contestar con un válido “bée”.

Cuando están los tres (el Pañero, el abogado y el Pastor) ante el juez en el tribunal, el Pañero reconoce a Pathelín, al que creía muerto, y confunde las dos causas: el paño que le ha sustraído con engaños Pathelín y los corderos que su pastor le ha robado. El juez no comprende nada de lo que dicen, ni el Pañero ni el Pastor, que responde a todo con “bée”.

Harto el juez, declara inocente al Pastor. Por su parte, Pathelín gana el proceso, pero cuando reclama el dinero de sus honorarios al pastor por defenderlo, éste sigue dando la misma respuesta que había dado a su amo, por consejo del propio abogado: “bée”, “bée”, de manera que Pathelín se marcha del juicio sin cobrar.

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