La historia de la red de corrupción encabezada por el hermanas Gonzales Valenzuela

Durante los años 60 surge un acontecimiento social protagonizado por tres hermanas conocidas como las "Poquianchis", este grupo delictivo conformado por las hermanas Delfina, María de Jesús y María Luisa “Eva” Gonzales Valenzuela, quienes crearon una red de prostitución protegida por las autoridades municipales y estatales de aquel estado, su red tuvo un éxito comercial inconmensurable, el cual las llevo a contar con más de una sucursal de su lucradora y delictiva actividad.

El hecho que se encargó de desenmascarar esta red de corrupción e impunidad que se vivía en aquel estado debido a las “Poquianchis”, se da en 1964, al ser encontrados los cadáveres de unas jóvenes asesinadas que fueron enterradas por órdenes de este grupo delictivo. Sin embargo las Poquianchis no tenían injerencia en este tipo de actos, los asesinatos ocurrían en manos de personas comandadas por las tres hermanas.

Estas hermanas, al final del día contaban las grandes riquezas que sus actos delictivos le redituaban. A pesar de las grandes sumas de dinero que ellas percibían, los sueldos que pagaban a sus mujeres eran una miseria, en otros casos se les otorgaban vales para gastar en una tienda de raya con la que contaba esta banda delictiva. Los casos de muerte que se daban en sus mujeres eran resultado de enfermedades que no recibían la atención medica correspondiente, en su mayoría los casos que se presentaban eran por complicaciones de los abortos que se les practicaban, y en otras ocasiones por homicidio intencional. En el ámbito comercial las Poquianchis tenían claro que las mujeres dejaban de ser humanas y se convertían en un producto desechable cuando se enfermaran y dejaran de ser útiles.

Para favorecer esta red de corrupción liderada por las hermanas Gonzales Valenzuela, se hizo presente la fórmula mágica de este país; Política y delito. Las autoridades les otorgaron sin problema alguno todos los permisos necesarios para que sus prostíbulos laboraran sin problema, en un acuerdo que dio un beneficio económico impresionantes para ambas partes. Sin excepción alguna las Poquianchis contaban con su carnet de control de salubridad, los cuales contaban con los sellos y firmas de los jefes y supervisores de cada dependencia gubernamental. La autoridades elevaron los pagos para seguir dando protección al negocio de las tres hermanas, las cuales estuvieron en desacuerdo con esta medida y se negaron a acceder a los nuevos costos, esto dio como resultado una serie de persecuciones en contra de toda la red creada por las Poquianchis con ayuda de estas mismas autoridades. Sumado a esto, surgieron conflictos y crisis internas que terminaron por destruir este imperio de corrupción de las Poquianchis.

Después de que las Poquianchis fueran arrestadas, desenmascararon una a una a las autoridades que fueron cómplices de este hecho indignante

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