La humanidad ve el peligro y corre hacia el.

El pronóstico del tiempo para hoy será, de un cielo despejado y una temperatura promedio de 22 grados centígrados, los expertos aseguran que la ola de calor que azota al país por estos días se extenderá por lo menos durante unos cuatro meses más” estas palabras no son copiadas textualmente de ningún noticiero, tampoco lo son de algún centro de observación climatológica, pero representan lo que se está viviendo actualmente en el mundo entero. 
Por todas partes la temperatura promedio ha subido hasta en dos grados, dicha alteración probablemente no signifique nada para la conciencia de las personas, pero en términos generales, un aumento de dos grados significa la inestabilidad climática, y detrás de esta, un sinfín de dificultades que se ciernen sobre el futuro de las nuevas generaciones: hambrunas, sequias, enfermedades, inestabilidad económica, deforestación. Y la lista es larga, cada uno de estos factores, inciden en un solo problema que hoy día es conocido como cambio climático. La frase “cambio climático”, es quizá por estos días la frase más reconocida y divulgada en el mundo, es el único problema que aqueja a la humanidad, del cual todos conocen y señalan como un agente de riesgo inminente para la vida en la tierra tal cual la conocemos hoy. El cambio climático, es un tema que tiene en jaque al mundo entero, es debatido y estudiado por expertos, comentado y divulgado por ambientalistas, analizado y cuestionado por parte de los gobiernos, oído e ignorado por la sociedad moderna del siglo XXI. Es un problema que nos concierne a todos pero del cual todos no tomamos conciencia de cuan prominente puede llegar a tornarse.
Por todos lados vemos las señales y en todos lados son ignoradas. Cada desastre natural del cual tenemos noticia, no es un hecho aislado es el desenlace de una cadena de factores que infunden en la alteración de la cual está siendo víctima el planeta. Los huracanas, sequias, hambrunas, tornados, olas de calor, desertificación de los suelos, deslizamientos de tierras, inundaciones, y demás no son producto de la furia de los dioses, son resultado directo de las acciones destructivas emprendías por nosotros los seres humanos, los únicos responsable de los desastres naturales que vemos a diario, y como siempre tendemos a culpar a otros, en este caso a la furia de los dioses.
Mientras los expertos se debaten en las posibles medidas las cuales nos podrían con llevar a una mitigación del cambio climático, la ciudadanía en general no logra tomar conciencia de cuán importante son las medidas que debemos tomar, para frenar el tren que ya se puso en marcha. Cuando el tema del calentamiento global sale a flote en cualquier conversación, rápidamente es desviado, ya que este se suele tomar como “un tema jarto y aburridor”. Y a causa de esta negligencia los concejos de los expertos no son tomados en cuenta. Las poco convincentes medidas emprendidas por los gobiernos deben de ser complementadas por las acciones que nosotros los ciudadanos del común realicemos a diario. Actos tan simples y sencillos como clasificar las basuras, implementados a gran escala pueden ser determinantes en la lucha contra el cambio climático. Pero las personas ven el peligro y corren hacia él. Sito un ejemplo, algo que aconteció en cierta ocasión, en el lugar donde estudiaba, unos expertos en la materia fueron un día a trabajar en pedagogía, la gritería y el alboroto surgió tan pronto y estos comenzaron el taller, tanto así que ellos pidieron que a quienes no le interesase podía retirarse, el salón casi queda vacio, yo y unos pocos mas quedamos. Allí quedo reflejado el desinterés que rodea a un problema tan notable y complejo. Problema el cual pienso yo que debería ser motivo de debate entre las personas que a diario se mueven por las grandes urbes. “Pero aquí rige el no pensar y así no pasa nada” –tomado textualmente del coro de una canción referente al declive en el que se encuentra el mundo-, la frase es muy sabia y tristemente cierta. Al hablar de medidas simples, todos fruncen el ceño, y arrugan la frente. Otro factor incidente, es la desinformación. Si, la desinformación, aunque todos conocen las dos palabritas “cambio climático”, pocos saben en realidad de que se trata, y a un mas es el reducido número que adquieren conciencia y sentido del panorama desalentador al cual nos vemos luchando de frente y sin garantías. Siempre lo digo, la desinformación es el mayor contamínate. La ignorancia que abate nuestras mentes, frente a temas como el reciclaje, la polución, la combustión incompleta de combustibles fósiles, la quema de basuras, el desperdicio energético, la tala de bosques, el asesinato de la biodiversidad, la perdida de ecosistemas, la caza excesiva y demás agentes influyentes, que son realizados por el ciudadano del común, representan gran parte de la sumatoria final de aportes a la causa. Bajo mi óptica de ver y apreciar la situación, pienso que los gobiernos deberían invertir muchísimo más en pedagogía. En las escuelas y colegios debería enseñarse el cuidado del medio ambiente, el tratamiento de los desperdicios, implementar el reciclaje, y en general, la auto pedagogía. Todo lo que se y sabré acerca del cambio climático a sido en gran medida por que lo he estudiado e investigado, analizado y concluido. En mi colegio nunca vi alguna asignatura medioambiental, o ecológica.

El pequeño dilema de cuando toca mí parte.
Ya dije que la clave para trabajar de lleno y lograr cambios es la pedagogía, y los ambientalistas y los ecologistas tenemos en cuenta que la circulación de la información es la mejor arma que existe contra el cambio climático. Pero como para toda solución existe un problema, la contraparte de la pedagogía es la indiferencia, la terquedad, la actitud tonta y mediocre de muchas personas, la hipocresía y el sarcasmo que fluye como grandes ríos por las mentes de las personas. Entre las generaciones adultas se suele oír “yo ya estoy viejo, probablemente ya no viva para entonces” –y lo digo porque lo he escuchado- y entre los jóvenes “a si claro-con tono indiferente-“son palabras duras y con peso, en muchas ocasiones (y lo digo en mi caso particular) desalienta y te con lleva a cuestionarte acerca de que si existe una esperanza concreta para la humanidad, y ciertamente es triste chocar de lleno contra la inconsciencia. En días pasados, promovía un documental de la BBC por la red socia Facebook, en mi lista de contactos conectados aparecían 70 personas, hice un pequeño mensaje y lo envié a cada una de estas personas, ¿y cuántas de esas personas lo habrán visto? ¿Cuántas habrán tomado una posición responsable y seria ante el problema? Queda la incógnita lo cierto es que tan solo una persona respondió el mensaje diciendo que lo iba a observar. Es triste, pero aun más triste lo es el hecho que existan miles de grupos con nombres como “ayúdanos a luchar contra el cambio climático”, o “el calentamiento global es serio actúa”, grupos sociales con gran afluencia de público, personas que escriben en el muro de dichos grupos frases como “es cierto es un problema serio”, y yo les digo a todas estas personas, el cambio no se produce haciendo se fan de estos grupos, el cambio se produce apagando el computador por un par de horas diarias, la mitad de las que pasan conectados a la red –ya que se promueven paginas como “soy un adicto al face”- y ustedes dirán pero usted también tiene un perfil en dicha red social, si lo tengo pero solamente lo abro cuando estoy publicando una actualización en una dichosa pagina de esas.
El dilema de cuando me toca mi parte es difícil, cuestionamos el papel de las compañías capitalistas, culpamos a los que tiene coche y señalamos al que quema basuras, pero por qué demonios no cuestionamos, el porqué se dejan los cargadores de teléfonos móviles conectados a los toma corrientes, o porque duramos tanto tiempo en la ducha, actos mínimos, pero piensen hay casi siete mil millones de personas en este planeta, ahora cuantas de esas personas se comportan de esta forma, la suma podría dar un valor muy elevado. Todos estamos de acuerdo en que el cambio climático es un problema serio mas sin embargo yo me pregunto ¿Por qué carajos muchísimas personas no pueden pasar más de 24 horas sin prender la tonta televisión?, pero sin duda lo que más me saca de casillas son las propagandas hipócritas que son presentadas por la televisión, yo estoy más que seguro que se ahorraría muchísima energía si los canales de televisión dejasen por un día de transmitir sus señales, muchos prenderían la televisión y al no hallar nada interesante la a pagarían.
Ya sé lo que probablemente estén pensando, este tipo está loco, son medidas muy extremas, probablemente lo sean, yo creo que son necesarias, porque se trata de nuestra existencia, de la vida en general. Este tema no deja a ninguno por fuera, desde el millonario capitalista hasta el campesino tercermundista. Recuerden que cualquier medida emprendida por los gobiernos será en vano sin que antes la ciudadanía tome conciencia.

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