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La infelicidad es odiar a la ciudad.


Enviado por   •  11 de Febrero de 2016  •  Ensayo  •  1.376 Palabras (6 Páginas)  •  197 Visitas

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La infelicidad es odiar a la ciudad

“La  belleza del paisaje está en su amargura”

Algún lugar llamado Uruk

“Pensar que la ciudad es el motivo de mi amargura me transporta por un instante a un estado de inocencia. Le aplico a la ciudad una edad de oro, un instante de pureza y autenticidad en que era un todo en sí misma y un hermoso todo; la ciudad me gusta no por su pureza, sino porque es un lugar complejo, un montón de estructuras ruinosas y a medias […]”. Así habla el Premio Nobel, Orhan Pamuk en un capítulo de su libro “Estambul: ciudad y recuerdos”; sobre el fenómeno de la ciudad como un ente que cambia a una velocidad increíble y revolucionaria en cortos períodos de tiempo. La ciudad de hoy no será la misma en un año; y las urbes parecen ser uno de los fenómenos más complejo que la humanidad ha creado, además de los más antigu[pic 1]os.

Las ciudades comenzaron a surgir en el neolítico, cuando los grupos de cazadores y recolectores nómadas adoptaron una vida sedentaria y agrícola. Uruk, ciudad sureña que yació a orillas del Eufrates y desde ahí propagó su cultura e influencia por toda Mesopotamia, convirtiéndose en el primer y más importante centro humano del mundo. Un desarrollo que se vio nacer hace 5,000 años a. C. y que dominó del resto de asentamientos cercanos que no superaban las 10 hectáreas, creándose una sociedad compleja en su interior, con una gran diversificación, estratificación y especialización social, llegando al máximo exponente en el ámbito social, comercial, político y militar. Si bien, las edificaciones que se levantaban en ese entonces no tienen cabida con la arquitectura moderna, son las bases de lo que hoy llamamos zonas metropolitanas.

En los primeros asentamientos se construían las viviendas dentro de zonas amuralladas o en espacios con defensas naturales. También era necesario poder disponer de agua, motivo por el cual normalmente se establecían a la orilla de un río o de una fuente de agua. Estos asentamientos estables condujeron a la especialización y división del trabajo. Surgieron mercados en los que los artesanos podían cambiar sus productos por otros diferentes; una clase religiosa iba apareciendo y contribuía a la vida intelectual. De este modo las ciudades fueron el lugar adecuado tanto del desarrollo del comercio y de la industria, como del arte y las ciencias, y desempeñaron una función esencial en el nacimiento de las grandes civilizaciones. De esta manera las ciudades se fueron organizando y sufriendo cambios a través de las etapas temporales, pues la edificación en si misma implica una serie de actos que la sitúan en muchas esferas de la actividad humana.

Conforme pasaba el tiempo, el concepto de ciudad se ha transformando y obedece al contexto social e histórico en que se presenta. Diversificando maneras de construir y habitar. Las características de cualquier espacio responden en gran medida a la gente que lo habita, y las personas pueden ser vistas como un nuevo material de construir y quienes definen la arquitectura.

Para las personas, al construir ciudades fue una manera de defenderse frente a diferentes tipos de peligros. Protegerse de invasores fue un instintivo base para el levantamiento de asentamientos, con sus fronteras naturales o murallas, desde la antigüedad hasta el Renacimiento. Las ciudades fueron relativamente seguras, Sin embargo, actualmente la ciudad está más relacionada al peligro que a un concepto de seguridad. Esto en parte se ha debido al descontento social, el crimen, la contaminación del aire y la falta de agua que se han intensificado junto con la densidad de las ciudades.

Nuestra fantástica afición de crear caos

Parece estar de moda hablar sobre ese dato que para el 2030, se espera que tres cuartas partes de la población mundial esté viviendo en ciudades; los problemas que la gentrificación ha traído y que la arquitectura esté en manos del capitalismo y no al servicio de la población, en conclusión, las grandes ciudades alrededor del mundo son semilleros de una catástrofe inimaginable; contienen el potencial de propagar cualquier crisis o de colapsar el sistema entero. Si bien, la manera de construir ciudades no había representado grandes golpes en el globo, podemos remarcar tres hechos a lo largo de los últimos doscientos años que cambiaron radicalmente la manera de levantar espacios: La Revolución Industrial, La Segunda Guerra Mundial y el auge del automóvil. Los dos primeros propulsaron la construcción en serie de diversos objetos y también de la arquitectura; mientras que con el primero se presentaba la migración de masas a la ciudad, con la Segunda Guerra Mundial se tenía la necesidad de volver a reconstruir la destrozada Europa que quedó devastada por los bombardeos, y colocar hogar a las las miles de personas que lo perdieron todo en tiempos de guerra: construir en masas.

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