La libertad personal y la disciplina
Enviado por monig675 • 28 de Septiembre de 2012 • Trabajo • 856 Palabras (4 Páginas) • 676 Visitas
LA DISCIPLINA DE LA LIBERTAD
Anteriormente la disciplina en la escuela se caracterizaba por tener a los niños súper uniformados, todos en su lugar sentados correctamente y en su lugar en silencio. Y el maestro era visto como una autoridad suprema y tirana.
En cierto sentido la tiranía es real. Hablamos de “tiranía" cuando quien tiene el poder fuerza a otros para que hagan o dejen de hacer algo en contra de su voluntad. Y no cabe duda de que esto es lo que sucede en los primeros años de cualquier tipo de enseñanza. Pero los tiranos, no imponen su dictadura por el bien de sus víctimas sino por el suyo propio.
También en otro sentido la educación responde antes a los intereses de los educadores que a los educandos. Y esto con el fin de preparar a los más jóvenes con el fin de cubrir esos trabajos que los más viejos dejan de hacer. Las sociedades son humanógenas. Su principal producción es la manufactura de seres humanos y para conseguirlos no contamos con otro modelo que los seres humanos existentes. No les preguntamos a nuestros hijos si quieren nacer ni siquiera si quieren parecerse a nosotros.
La educación es siempre un intento de rescatar al semejante de la fatalidad zoológica o de la limitación agobiante de la mera experiencia personal.
En otras épocas y otras culturas la imposición de este condicionamiento social ha aparecido menos cuestionable. Pero el afianzamiento moderno del ideal de libertad personal plantea una paradoja mucho más difícil de resolver. Desde luego, el objetivo explicito de la enseñanza en la modernidad es conseguir individuos auténticamente libres. Hegel estableció, “ser libre no es nada, devenir libre lo es todo”. No partimos de la libertad, sino que llegamos a ella. Ser libre es liberarse: de la ignorancia prístina, del exclusivo determinismo genético moldeado según nuestro entorno natural y/o social, de apetitos e impulsos instintivos que la convivencia enseña a controlar.
Algunos pedagogos insisten en que el objetivo de la enseñanza es desbrozar por imposición la libertad latente del neófito para que florezca plenamente. Oliver Reboul, en su filosofía de la educación, sostiene que “educar no es fabricar adultos según un modelo sino liberar en cada hombre lo que le impide ser él mismo, permitirle realizarse según su genio singular”. Sin embargo esta declaración debe ser matizada. Para que el neófito llegue a ser él mismo, la educación debe fabricarle como adulto de acuerdo con un modelo previo, por mucho que tal modelo sea abierto, tentativo, capaz de innovar sobre lo recibido, etc. Naturalmente que el educador ha de comprender lo mejor posible las características y aptitudes peculiares del neófito para enseñarle de modo provechoso, pero ello no implica que lo que el niño ya es deba servirle de pauta para lo que se pretende que llegue a ser.
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