La libre sociedad comunista, el sueño de Karl Marx
Enviado por Cristofer Garcia • 7 de Abril de 2016 • Apuntes • 1.864 Palabras (8 Páginas) • 386 Visitas
Universidad Católica Santa Rosa 25 de marzo de 2016
Cristofer García C.I: 25.209.802
Pensamiento Filosófico - Sección D08C
Profesor: Carlos Torres
La libre sociedad comunista, el sueño de Karl Marx
Karl Marx, fue un importante filósofo e influyente pensador de los últimos tiempos. Se le conoce por haber sido un fuerte crítico de las clases altas de la sociedad de su tiempo y defensor de sus oprimidos. Creyó en el ideal de una sociedad donde todos seamos iguales, con los mismos derechos y beneficios. Ya respecto a su legado, este, en palabras de Jacques Attali “nos muestra como el mejor de los sueños, llegó a derrapar en la peor barbarie.”[1].
Nació en Tréveris, Prusia, (conocido hoy en día como Alemania) en 1818. Descendiente de judíos y no muy acomodado económicamente. Por el hecho de su padre ser abogado, el joven Karl a sus 17 años iniciara estudios de derecho en la Universidad de Bonn, para más tarde abandonarlos y cambiarse a Berlín a estudiar la carrera que tanto le entusiasmaba e interesaba: la filosofía. Su inicio en el aprendizaje superior fue influenciado por Hegel de quien descubre la importancia del pensamiento, como práctica primordial en el ser humano. Se gradúa en Berlín y además obtiene un doctorado en filosofía en la Universidad de Jena.
Marx se caracterizaba por una gran pasión por la escritura. Esto lo demostraba en los distintos diarios para los cuales escribió siendo así un periodista por vocación a pesar de su disgusto por ser un asalariado y sus constantes críticas al trato que a estos se les daba. Sus primeros artículos reflejaban temas en contra de la censura, donde se comenzaba a interesar por los temas políticos y económicos. Leyó a diferentes autores izquierdistas de esta última ciencia, entre ellos Sismondi quien opinaba que “El trabajo produce más de lo que se obtiene en salario, propone que los asalariados accedan a la propiedad del capital y los empresarios estén obligados a pagar los salarios incluso en paros técnicos o enfermedades”[2]. Karl comienza a abrir más su mente hacia este punto que ve con tanta importancia. Él, que bien conoce lo que es ser de la clase asalariada o como solía denominarlos, el proletariado, tenía una gran preocupación por cómo el capitalismo, que para la época dominaba Europa, abusaba de la humanidad del hombre trabajador, que era la mayoría de la población, por lo que elaboró su propio proyecto de teoría social.
Entre sus primeras propuestas se encontraban las críticas a la alineación y a la propiedad privada. Según él, los hombres trabajadores, eran alineados, estaban condenados a producir para los grandes opresores algo que ellos mismos no iban a poseer ni disfrutar. Así lo afirmaba Marx “En la sociedad capitalista, el asalariado es desposeído por el capitalista del fruto de su trabajo”[3]. El hombre alineado estaba sometido a pagar luego por estos bienes para poder sobrevivir. Los hombres valían lo que podían laborar, si no eran productivos eran desechados. Ellos vendían su fuerza de trabajo y el pago era inferior a lo que producían. Es decir, no se les reconocía el plusvalor de su trabajo. La plusvalía, entendida como esa ganancia o aumento de capital que ofrece el asalariado al trabajar se lo adueñaban las grandes productoras capitalistas se hacían cada vez más millonarias y poderosas. La propiedad privada para él era un grave error en la sociedad, la criticaba y proponía eliminarla, abolirla, para que estas pasaran a ser de toda la población, que todos gozaran de ella al convertirse en un bien popular. “La propiedad privada nos hizo tan estúpidos y limitados, que un objeto no es nuestro sino cuando lo poseemos, cuando existe para nosotros como capital o cuando es inmediatamente poseído, comido, bebido, llevado sobre nuestro cuerpo, habitado por nosotros, cuando nosotros lo utilizamos”[4].
Karl sentía que de alguna manera había que salir de este modelo, que solo beneficiaba a una parte muy exclusiva de la sociedad, para ello propuso que se estableciera el comunismo. Encontraba en él la creación de una sociedad donde no existieran roles fijos como el asalariado, donde cada quien tuviera la libertad de ser quien quisiera ser. “En el comunismo los bienes necesarios para la satisfacción de las necesidades elementales de la vida serán producidos gratuitamente. Convertido en propiedad colectiva de todos, el capital no fabricará ya un nuevo antagonismo de clases, sino una sociedad sin clases, en la cual los hombres serán realmente iguales”[5].Veía al capitalismo como un proceso temporal, de transición, que en un futuro sería remplazado por el comunismo cuando la sociedad estuviera totalmente preparada para ello. Tenía la confianza que se fundarían partidos políticos creados y conformados por el proletariado, en representación de los mismos obreros, para ganar elecciones y así poder sacar a las altas clases del poder, adquiriendo en el proceso todo su aparataje productivo.
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