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La maestra rosita en: la aparición de la mano negra


Enviado por   •  19 de Enero de 2013  •  Ensayo  •  829 Palabras (4 Páginas)  •  782 Visitas

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LA MAESTRA ROSITA EN:LA APARICIÓN DE LA MANO NEGRA

El aula es un rectángulo de color verde pistache. Hay cuatro hileras de bancas binarias, Suficientes para dar cabida a cuarenta y nueve alumnos de la maestra Rosita, quién cuenta con una mesa, una silla y dos estantes. Los alumnos miran hacia el frente, donde un descolorido pizarrón es flanqueado por láminas de escenas bucólicas, un mapa de la República Mexicana y el cuadro básico de los alimentos.-¡Buenos días, preciosos!- dice la mentora al entrar.-¡Buenos días, maestra Rosita!- responden los integrantes del tercero “A” con el Sonsonete aprendido desde el primer grado.-¡Sentados!- ordena, al tiempo que empieza el ritual de todos las mañanas

–Yolanda, abre el estante, René, ve por gises; Carolina y Alma, vayan por mi jugo con doña Carmen, anden, chulitas, apúrense…

Los alumnos restantes la ven remover objetos en la gran bolsa que acostumbra traer, ponerse el delantal, sacar la lista. Esperan la orden para abrir sus mochilitas. Los alumnos de Rosita no son niños, sino “mi tesoro, divina criatura, mis angelitos, mis amores, chulita, hermosos, lindura, vidita, ¿ya terminaste corazón?”, solo cuando se enoja, sus enanos se convierten en niños. René ha regresado con los gises y la maestra se dispone a iniciar la clase. “A ver mis amores”, dice al dar las indicaciones, “saquen su cuaderno”.

La maestra abre desmesuradamente los ojos y tiene que respirar hondo para no desmayarse. De un golpe ve derrumbarse todos los conceptos aprendidos en sus cursos de Didáctica Especial y Práctica Docente I, II, III y IV. ¿Quién de sus pequeños amores sería capaz de semejante atrocidad? No, eso no puede ser obra de ninguna de sus criaturas. Pero el letrero en el pizarrón, pintado con gis amarillo, es contundente.

La mAeSTrA Es putA-

¿Quién escribió esto? Díganme, ¿Quién lo escribió?- estalla la profesora, las lágrimas a punto de salir. Los niños callan, se miran unos a otros y callan.-¡Ustedes vieron, díganme quién fue!- vuelve a atacar. Se quita el delantal y amenaza con ir a la dirección para acusarlos. Estalla porque ninguno de sus tesoritos le responde. Grita y grita, sin ningún resultado. Trata de calmarse y se dirige a algunos de los niños en especial.-Tu Daniel, dime, anda, ¿Quién fue?, ¿Por qué no me quieres decir?, ¿Fueron los gemelos de sexto?, ¿Si, verdad Lupita? Dime Pedro, ¿Quién fue? Díganmelo, deben decírmelo. Silencio.

Amenazas. Silencio. Rosita amenaza con todo lo que puede amenazar: “Esto lo van a saber en la supervisión y habrá por lo menos diez expulsados”, “no se quedará sin castigo, ya lo verán”, “a todos les van a dar carta de mala conducta y no los van a admitir en la secundaria, ya verán”. Las amenazas suben y bajan de tono. En los rostros de los niños aparecen el espanto, pero nadie habla. Media hora de amenazas no consiguen la delación.

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