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La muñeca ensayo


Enviado por   •  24 de Enero de 2018  •  Tarea  •  1.422 Palabras (6 Páginas)  •  101 Visitas

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                                La Muñeca

Niña 1: (entra corriendo en clase y se para mirando a todo el mundo) ¡Ya está aquí! ¡Ya ha llegado! (Cae desplomada al suelo)

Entra detrás otra niña se apoya en la puerta como si le costara mantenerse en pie.

Niña 2: Tenéis que ayudarnos, por favor. ¡Está aquí!¡Ha vuelto! ¡Venid con nosotras! ¡Seguidnos!

Las dos niñas guían al resto de la clase hasta el aula de teatro que estará oscura, una vez allí les piden que se sienten en el suelo. Hay una chimenea y un sillón donde una niña parece dormida y se oye música siniestra, en una esquina hay un bulto de ropa. Antes de empezar se espera a que todos los alumnos estén sentados, las Niñas 1 y 2 deben ayudar a sentarlos, la niña tres está esperando de pie con la cabeza baja, sin moverse, hasta que no hay silencio no levanta la cabeza.

Niña 3: (con voz muy seria y misteriosa) Todo empezó hace muuuuuchos años. En un pueblo pequeño, llamado Granda. Al viejo Palacio se mudó una familia, venían de una tierra desconocida, nadie sabía nada de ellos.

Niña 1: Eran el padre, la madre y una hija. Llegaron y se instalaron en el Palacio al anochecer. Los vecinos esperaron que se presentasen para saludar, pero no lo hicieron nunca.

Niña 2: Apenas salían de casa, recibían pedidos de la ciudad con comida y bebida, no se relacionaban con nadie del pueblo.

Niña 3: A menudo los vecinos de las casas cercanas veían a la niña jugando en el jardín, su nombre era Clarisa.

Niña 1: Nina siempre llevaba con ella una muñeca a la que hablaba como si pudiera oírla, era su única compañía: se llamaba Nina.

Entra una niña siniestra y se dirige al sillón dónde está la muñeca.

Clarisa: ¡Vamos, Nina! Hace un día precioso ¡salgamos a jugar!

La muñeca sigue en su sitio sin moverse.

Clarisa: ¿Qué dices? ¿Que no te apetece? ¿Por qué no? (la coge de la mano) Vamos, una vez fuera lo pasaremos bien.

La niña finge que coge a la muñeca del sofá y van juntas hacia afuera. Sienta a la muñeca en el suelo y le da la comida. La muñeca permanece quieta, mirando al frente, no hace ningún movimiento, actúa como una muñeca de verdad.

Clarisa: ¿Te gusta la comida? La he preparado yo misma (imita la voz de la muñeca)”Sí, me gusta mucho” (vuelve a hablar como ella misma) Lo sabía, mamá me está enseñando a cocinar. Antes teníamos una cocinera ¿sabes? Pero un día nos levantamos y había desaparecido. Ella y todos los criados. No estaban. (mientras habla la niña le da la comida a la muñeca y le limpia la boca) Entonces tuvimos que irnos a otro sitio, y después otra vez, y otra vez… Ya no podemos tener cocinera, ni criados, Papá dice que si nadie sabe de nosotros nunca nos encontrarán… Por eso eres mi única amiga, Nina, sólo te tengo a ti, espero que nunca me dejes. No lo harás ¿verdad? (vuelve a imitar la voz de la muñeca) “No, nunca te dejaré, siempre estaré contigo” (Clarisa sonríe encantada) ¡Qué buena eres, Nina! Ven, vamos dentro, parece que va a llover y no quiero que te enfríes…

Se levanta, coge a la muñeca y la vuelve a dejar en el sofá.

Niña 2: Así transcurrían los días. El único sonido que parecía salir de aquella casa era el parloteo de Clarisa con su muñeca y la voz de sus padres cuando la llamaban para entrar a comer.

Niña 3: Nadie parecía ocuparse de cuidar la casa, las hierbas crecían en el jardín, las ratas y las arañas corrían por todas partes, pero no parecían alterar a los habitantes.

Niña 1: Cualquiera que hubiera pasado por allí habría creído que la casa estaba abandonada.

Niña 2:Pasó el verano y empezó el otoño, la semana antes de Halloween los vendedores de calabazas empezaron a pasar por el pueblo vendiendo sus productos.

Niña 3: Pero los padres de Clarisa no abrieron la puerta para recibirlos.

Niña 1: Clarisa estaba muy disgustada, le habría encantado tener una calabaza.

Clarisa: (se sienta en el suelo, hablándole a Nina que está en el sofá) ¿Lo ves, Nina? Ni siquiera puedo tener una calabaza por Halloween. Mamá dice que no debemos llamar la atención poniendo una en la ventana… ¿Puedes creerlo? No sabes lo mucho que me gustaría tener una. (la muñeca permanece inmóvil y Clarisa se le acerca al oído, como si le dijera algo) ¿Qué dices, Nina? Habla más alto, no te oigo bien. (vuelve a imitar la voz de la muñeca) “Mira junto a la chimenea, tengo una sorpresa para ti” (vuelve a su voz) ¿en serio? ¡Qué buena eres, Nina!

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