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La noche de los 1000 demonios


Enviado por   •  2 de Mayo de 2012  •  Ensayo  •  2.125 Palabras (9 Páginas)  •  472 Visitas

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Escuela secundaria diurna no. 265

“José Peón y Contreras”

Materia: español

Equipo: 2

-Raymundo Sánchez Vieyra

Proyecto: “cuentos”

Grado: 2° Grupo: B

Profesora : olga trejo ramirez

Ciclo escolar

2011-2012

LA NOCHE DE LOS 1000 DEMONIOS

Nadie los esperaba, nadie creía que podía suceder. Algunos dicen que es el apocalipsis, otros el juicio final, el fin de los tiempos. Yo no puedo refutar ninguna, pero solo puedo decir que esto es un completo desastre y que nadie estaba listo para esto. Sobrevivir era todo un reto y nosotros estábamos listos para afrontarlo.

Los primeros casos empezaron a llegar a los hospitales gente enferma por un extraño virus nunca antes visto, el efecto en las personas era devastador, los médicos estaban anonadados y no sabían cómo actuar ante esta infección. El virus producía una fiebre alta, luego invadía el cuerpo. Luego entraba en una etapa de hibernación causando un coma que duraba alrededor de 3 días, luego sin aviso atacaba despiadado. Los órganos en cuestión de 30 minutos empezaban a fallar y era imposible detener el efecto.

El virus fue llamado: Solanum. Ningún antibiótico funcionaba, no había tratamientos. Solanum era además de extremadamente mortal, muy contagioso. En pocos meses más del 20 % de la población mundial estaba contagiada, los servicios de salud saturados, las escuelas cerraban, la gente tenía miedo de salir de sus casa el mundo parecía estar condenado. Los laboratorios trabajaban en una vacuna pero los esfuerzos eran inútiles el código genético de Solanum era extremadamente complejo.

Los medios no paraban de transmitir sobre la infección. Todo el mundo se sentía inseguro, nadie sabía qué hacer ante esa situación. Las calles estaban la mayor parte del tiempo vacías y sin vida, casi muertas. La paranoia mundial era extrema, la gente se encerraba en sus casas con provisiones suficientes para sobrevivir meses.

Los hospitales saturados con gente tirada en los pasillos, muertos en las salas de esperas, era realmente una escena de guerra. Los médicos comenzaban a faltar, al estar tanto tiempo en contacto con el virus terminaban contagiándose y muriendo.

El estado solo daba conferencias de prensa diciendo en pocas palabras que todo estaba mal, el número de infectados crecía, se creó un grupo especial encargado de quemar los cuerpos muertos e infectados. El presidente esta resguardado en algún bunker del país.

Yo me resguardaba en mi casa, tenía miedo de esto, no sabía qué hacer, nadie lo sabía.

Dos meses después:

El centro para enfermedades contagiosas, era el más grande del país, era público y uno de los mejor equipados. Todas las personas acudían a él, el centro estaba saturado, no tenía doctores, ni camillas, ni espacio para los cadáveres y menos para los pacientes. Los pasillos estaban repletos de personas que no se sabía si estaban muertas o vivas, el personal del hospital ya no sabía qué hacer, las enfermeras corrían de aquí para allá con medicamentos, los doctores no sabían que hacer ya que los tratamientos no funcionaban, Solanum era inmortal. Los médicos tenían que lidiar con las caras de los familiares de los condenados a morir sin poder hacer nada. La impotencia del sistema médico era notable, aunque este trabajara al 100 % no había manera de parar la infección, cada vez más gente infectada y cada vez más cadáveres.

Eran tantos los cadáveres que ya no sabían qué hacer con ellos. Los estadios de fútbol empezaron a emplearse como cementerios, se contrataban a personas por 20 dólares la hora, no se les daba nada solo una pala y cal. Se cavaban hoyos y se arrojaban los cuerpos sin vida y luego se les tiraba cal y se tapaba, toda su vida quedaba ahí todo lo que habían hecho en sus vidas solo para afrontar este terrible final, su futuro nunca existió y su pasado se borró y su único recuerdo sería un número más en las cuentas de muertos, un nombre más en la lista de los muertos, otra víctima de Solanum.

Después de tres meses los doctores no dejaron entrar más personas al centro.

Entonces el personal médico empezó a buscar una cura para la enfermedad utilizando a las personas que quedaban vivas como cobayas.

Y aquí estoy yo escondido en una cabaña. Siguen escuchándose los aullidos y gemidos, los he oído toda la noche, sé que me han encontrado y sólo me queda una bala en el viejo revolver que guardaba en mi casa. Creí que esta cabaña sería un lugar seguro… estaba equivocado.

Desde hace dos semanas no he visto a ninguna persona… ninguna normal. Tengo miedo, miedo de que sea el último.

Se escuchan ya los golpes en la puerta de la cabaña, están aquí, no tardaran en entrar.

De verdad creí que sería un lugar seguro, en la mañana salí de la cabaña porque ya no tenía comida y me estaba muriendo de hambre.

Estoy a punto de salir cuando la barra que puse para atrancar la puerta está cediendo, ya veo las putrefactas manos de esas cosas intentando alcanzarme, para desgarrar mi carne con sus asquerosos dientes. Aprieto el revolver fuerte entre mis manos, sólo tengo una bala, tal vez le dé al primero, en cuanto tumben la puerta, un disparo directo en la cabeza, pero… ¿Y los demás?

La puerta cede más, el olor de ese no-muerto impregna toda la cabaña.

Los zombies, entran aprieto el gatillo. Le doy al primero que entra en el brazo pero eso solo sirve para que se detenga unos segundos. Están muy cerca, empujo a uno de ellos y corriendo salgo por la ventana de la cabaña. Me acerco corriendo al rio, oigo los rugidos de los zombies detrás de mí. Me subo a una pequeña embarcación y me dirijo rio abajo pero los zombies se paran en medio del río no me queda otra, paso por medio de toda la multitud de zombies. Se intentan subir pero los pocos que suben es fácil empujarlos abajo. Dejo atrás a los zombies pero uno consigue subir cojo el remo y le doy al zombie en la cabeza, este grita y cae al agua creo que muerto. Llego a un pueblo pequeño. Como no se ven zombies decido bajar pero cojo el remo por si las moscas.

Llego a una casa con la luz encendida y llamo a la puerta. Pero no hay respuesta. Vuelvo a llamar pero nada. Oigo una leve respiración detrás de mí, me giro lentamente y un zombie se acerca lentamente a mí. Con el remo le pego en la cabeza, el zombie se cae al suelo y el remo se parte. El zombie se levanta me coge del brazo,

...

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