La película de un Mundo Maravilloso

Considero que la película de un Mundo Maravilloso es sólo una breve introducción de los diversos cuestionamientos que podemos hacer respecto a la forma de intervención del estado en la Economía del País, si bien es cierto que tenemos muchas ventajas con la globalización también hay que considerar las desventajas, es decir, tenemos acceso a infinidad de productos a través de el libre mercado pero también es cierto que la apertura nos a afectado en el área laboral, por otra parte cuando teníamos una economía cerrada tal vez no había mucho de donde escoger (productos) pero los sueldos alcanzaban para más y la sociedad estaba más contenta con esa situación, ahora si lo vemos desde el punto económico, los sujetos económicos estaban más contentos, los productores no tenían tanta competencia, para los intermediarios también era negocio pero además los consumidores vivían más tranquilos y les alcanzaba para comprar en mayor proporción aunque los sueldos fueran tan desproporcionados como en la actualidad, en resumidas cuentas, los sujetos económicos veían la situación del mercado oferta demanda con satisfacción (en comparación de hoy).

Juan Pérez protagoniza esta historia que no es otra cosa que una ventana o mejor dicho un espejo de la realidad en que vivimos, una parodia de la desigualdad social que nos muestra ambos lados de la moneda: Ricos vs Pobres. Según la burocracia no hay gente hambrienta, ni gente pobre, enferma o analfabeta y mucho menos gente sin hogar; solo hay familias perfectas y todos viven en armonía en este “mundo maravilloso” el cual es una falacia de la realidad y todos participan en ella hasta que nuestro pobre y singular héroe acaba con la farsa accidentalmente y desata una controversia en los medios de comunicación que expone al gobierno bajo la idea de su supuesto suicidio como solución a sus problemas económicos originados por su precaria condición social.

Problemas como el desempleo, la corrupción y la pobreza extrema son expuestos desde una perspectiva real, que lamentablemente sigue vigente y en aumento hoy en día. Nuestro antagonista, el Secretario de Economía se ve amenazado por la prensa y los ciudadanos que reclaman justicia por lo que se ve obligado a contactar a Pérez para aplicar el clásico soborno, aplacar las aguas y evitar que el lio se haga más grande, obviamente nuestro Juan acepta gustoso y cree que la justicia divina le ha concedido esos pesos que no le sirven para otra cosa que para emborracharse con los cuates y festejar aquel golpe de suerte. Es así como se cumple el perfil del político corrupto que vela por su bienestar y el de los suyos y el perfil del mexicano conformista, sin aspiraciones, que se queja y se conduce como un mártir de las circunstancias sin asumir su responsabilidad y

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