La vida, el tiempo y la muerte

La vida, el tiempo y la muerte

La presente obra no es una divulgación de teorías físicas, biológicas o psicoanalíticas: es una invitación a meditar sobre algunas preguntas que desde tiempo inmermorial han inquietado al hombre, pero se trata de una meditación amena, que sin duda el lector disfrutara.

Trata de la vida, de la mente, del tiempo, de la estructura de la realidad y de la muerte, hasta desembocar en nuestra propia visión de esos conceptos, abordar temas tan dispares como la entropía y la inconsciente, la relatividad y las causas de la vejez, la evolución y la reversibilidad del tiempo.

Nos han ido explicando que gracias a la evolución se fueron habiendo progresivamente mas complejos hasta que en uno de sus últimos pasas se originaron los seres humanos, a pesar de que la evolución se extiende atravez de millones de años, se trata de una vertiginosa progresión en la que cada organismo apenas dura lo necesario para probar como funciona, la muerte es uno de los factores fundamentales de ese vértigo complejizado en el que la evolución ha llegado a producir el cerebro humano y el pensamiento .Los organismos están organizados en niveles jerárquicos, desde el mas bajo, constituido por las reacciones químicas, seguido ´por el enzimático, el genético, el celular, el endocrino, el cerebral y el mental. Cada uno se rige por un conjunto leyes y exige un lenguaje descriptivo y propio. Cada nivel jerárquico fue nuevo alguna vez y surgió como producto de la interacción entre los niveles que ya estaban y el medio ambiente, que incluye a otros individuos y a otras especies, el superior y mas reciente parece ser el mental. El pensamiento esta enhebrado por la noción del tiempo.

Su modo de funcionar en el adulto parece ser producto de un largo proceso de mas duración y aprendizaje. No solo las diversas sociedades y civilizaciones difieren sus nociones sobre de vida, tiempo y muerte. El nivel mental ha llevado al hombre a ordenar los datos que le proporcionan los sentidos en un modelo que llama relatividad; manejándose con el, ha logrado eficiencia que jamás se ha dado en el reino animal.

Deberemos ocuparnos de la descripción de la realidad que nos brinda la ciencia actual y, al hacerlo, nos encontraremos con algo que, visto a posteriori, resulta demasiado obvio como para no haberlo advertido mucho antes.

Hoy sabemos que las propiedades que atribuimos a la realidad no son otras que aquellas que puede captar el observador con sus sentidos. Somos la especie observadora. Al construirse un esquema de la realidad con los datos que le proporciona los sentidos, asignar significados y nombrar objetos, el hombre establece una cadena de palabras que lo construye como sujeto pensante, y le hace creer que hay un tiempo que fluye de modo continuo hacia la muerte. La residencia de tales sentimientos y pensamientos es el cerebro humano. Ese

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