La zona de confort

La zona de confort es la rutina que tenemos y que, de cierta manera, no deseamos dejar. Sin embargo, el evocar los sueños que tenemos y que no dejamos divergir de nuestra realidad es el resultado de la conciencia de que debemos dejar nuestra zona de confort para poder alcanzarlos. Esto bajo la regla de que solo enfrentando nuestras debilidades seremos capaces de aprender a distinguir lo que es una flaqueza y lo que puede concientizar un aprendizaje.

Dicho lo anterior podemos circunscribir que una debilidad no es algo que deba detenernos, sino un hecho que puede retrasarnos el cumplir con nuestra meta y debemos ser conscientes de ello para que no nos languidezcan y podamos reflexionar sobre ello abriendo paso a un aprendizaje que pueda cambiar la dirección de remonta que teníamos fija.

Así mismo se nos propone el abrir nuestra zona de aprendizaje, con la expectativa de que todo conocimiento adquirido pueda causar una base para que nos motive a seguir aprendiendo para lograr diversificar esa enseñanza en cultura y buenos hábitos. No sin mencionar que para tener lograr dicho cometido es necesario el expresar lo que cada adquisición provoca, dado que estas pueden ser no muy gratas y causar que cerremos la creación de nuevas experiencias bajo el mismo temor de que estas sean intolerables.

Dicho lo anterior podemos circunscribir que una debilidad no es algo que deba detenernos, sino un hecho que puede retrasarnos el cumplir con nuestra meta y debemos ser conscientes de ello para que no nos languidezcan y podamos reflexionar sobre ello abriendo paso a un aprendizaje que pueda cambiar la dirección de remonta que teníamos fija.

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