Las Facetas de José.
Enviado por Oscar Jesus Garcia Cortes • 6 de Febrero de 2017 • Monografía • 2.267 Palabras (10 Páginas) • 201 Visitas
Las Facetas de José
Personajes
Amaury Vásquez- José Santaella: Asesino en serie que va perdiendo la cordura y comienza a sufrir de alucinaciones.
Ana Sofía Padilla- Valeria Zúñiga: Primera víctima de José, de quien estaba enamorado y acosaba constantemente. Posteriormente se le aparece como una alucinación.
Luis Felipe Trujillo- Detective Fernando Casablanca: Líder en la investigación de los recientes asesinatos, hermano del detective Roberto Casablanca/ Miedo: Alucinación de José
Leonardo Ortiz- Detective Roberto Casablanca: Líder en la investigación de los recientes asesinatos junto con su hermano, el detective Fernando Casablanca. / Narcisismo: Alucinación de José
Jorge Miguel Pérez- Ira: Una alucinación de José, que forma parte de su personalidad.
Óscar Cortés- Culpa: Una alucinación de José, representa a su conciencia. /Vecino: Encuentra el cuerpo de Valeria y avisa a la policía.
Acto I
Escena I
(Aparece un cuerpo de mujer cubierto por una sábana blanca en un cuarto oscuro, hay sillas tiradas y los detectives Casablanca están parados cerca del cadáver. El vecino está sentado en una silla, intentando ver cualquier cosa menos al cuerpo en el suelo.)
Detective F. Casablanca.- Señor, hágame el favor de contarme cómo sucedieron los hechos.
Vecino.- (Con voz alterada y temblorosa) Hace un par de horas comencé a escuchar gritos de este departamento, como de una discusión, luego solo se comenzaron a escuchar los gritos de Valeria, y muebles cayéndose. No supe qué hacer más que llamar a la policía. Después de un rato todo quedó en silencio y decidí bajar a ver si Valeria estaba bien y la puerta estaba abierta y…y ella… (Pone su cabeza entre sus manos, incapaz de continuar).
Detective R. Casablanca.- ¿Era usted amigo de la víctima? ¿Tiene alguna idea de quién le querría hacer esto?
Vecino.- No tengo idea, no éramos amigos, solo nos habíamos saludado y hablado brevemente, pero no se casi nada de ella.
Detective F. Casablanca.- De acuerdo, por favor reúnase con los oficiales afuera del edifico, ellos lo acompañarán a la delegación para tomar su declaración oficial.
(Sale el vecino, los dos detectives se quedan a hablar)
Detective R Casablanca.- Según lo que sabemos, la víctima se llamaba Valeria Zúñiga, de 24 años, vivía aquí sola desde hace un par de años. El forense reportó que la apuñalaron repetidamente, pero por la poca cantidad de sangre y los moretones en su cuello lo más seguro es que la causa de muerte haya sido estrangulación.
Detective F. Casablanca.- Bueno, hasta el momento no se ha encontrado el arma con la que la apuñalaron, y van a ser al menos un par de días hasta tener los resultados completos de los exámenes hechos a la evidencia que había aquí.
Detective R. Casablanca.- (Suspirando) Nuestro trabajo aquí terminó por ahora. Salgamos de aquí para que los forenses puedan terminar con su trabajo.
(Los dos salen cabizbajos, parecen cansados)
Escena II
(Está José sentado en una mesa al centro de un cuarto oscuro, tiene una botella en la mano y se nota que está muy alterado y nervioso.)
José.- (Hablando para sí mismo) Yo no quería hacerlo, no era mi intención… No, no, esto no fue mi culpa, fue la culpa de ella, todo es culpa de Valeria. Durante años yo la intenté conquistar, yo siempre estuve ahí, lo hacía todo por ella. Pero no, ella siempre posaba los ojos en patanes que no la valoraban. Yo era bueno con ella y jamás me dio una oportunidad… (Frenético) Sí, sí, esto no es culpa mía, ella se lo buscó, ella me obligó. (Toma de la botella y pone la cabeza entre sus manos, meciéndose en su silla.)
(Sale Valeria vestida de blanco, y se siente en la silla opuesta a José, sin que él se percate de su presencia)
Valeria.- (Indiferente) Vaya, es una manera linda de ver lo que acabas de hacer, ¿no te parece?
(José se sobresalta violentamente, y se queda viendo a Valeria sin creer lo que ve)
Valeria.- (Sarcástica) ¿Qué te pasa José? ¿No estás contento de verme? Tantos años de acosarme y cuando por fin me tienes delante de ti actúas así. ¿Quién te entiende?
José.- (Tartamudeando, muy alterado) Pero tu… tu… ¡No puedes estar aquí! Tu e-e-estás muerta. Yo te vi, yo lo hice, yo lo hice… (Para sí mismo) ¿Tan borracho estoy? ¡Esto es imposible!
Valeria.- (Burlona) Sí, sí, yo sé bien lo que pasó aquella noche, no tiene tanto. Nuestra discusión, la manera en que te alteraste, nuestro forcejeo y luego tú, matándome. Créeme, ese tipo de cosa no se le olvidan a una persona.
(José esta atónito. Entra Culpa)
Culpa.- (Incrédulo) Pero, ¿qué es lo que acabo de escuchar? (Molesto) ¿Acabas de intentar justificarte, José Santaella? ¿Después de lo que le hiciste a esta pobre chica? No tienes vergüenza.
José.- ¿Y quién se supone que eres tú?
Culpa.- Pues verás, en cierta manera soy tu consciencia, pero tú me puedes llamar Culpa.
Valeria.- Verás José, cuando me asesinaste sucedió algo un tanto extraño, nos abriste la puerta a mí y a los demás.
José.- (Confundido) ¿Los demás?
(Entran Miedo, Ira y Narcisismo)
Valeria.- José, te presento a Miedo, a Ira y a Narcisismo. Ellos y yo formamos parte de ti, estamos aquí para seguirte a absolutamente todas partes. Ahora eres un asesino, ¿comprendes? Has traspasado una línea de la cual ya no puedes retroceder.
Miedo.- (Nervioso, moviéndose inquieto) No sé qué estabas pensando. ¿No puedes ver el peligro en el que nos acaban de poner a todos? La policía va a venir… Seguramente nos van a atrapar y nos refundiremos en la cárcel. ¿Cómo pudiste ser tan estúpido? ¡Nos condenaste a todos! ¡Y todo por ella! (Apuntando a Valeria) ¿Por qué no la dejaste en paz? Ella no valía la pena.
Ira.- (Alzando la voz) ¡Déjalo! ¡Él tenía toda la razón! Siempre estuvimos ahí, esperando a que esta tipa (viendo a Valeria con disgusto) nos diera la oportunidad que tanto nos merecíamos y nada. Nunca le importamos. ¡Era lógico que José se hartara!
Narcisismo.- Todos aquí sabemos que José se merecía que le hicieran caso. Era obvio que nosotros éramos la mejor opción para la tal Valeria, pero no, vino la señorita creyéndose demasiado buena para nosotros y eventualmente uno, pues se cansa y es orillado a hacer cosas no muy agradables.
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