Las cosas que desaparecen. Autor: Benjamin Henríquez

                               Las cosas que desaparecen

 Autor: Benjamin Henríquez

Curso:5ºA

Había una vez hace mil años un reino donde la paz reinaba y no había mal alguno, todos eran amigos y una princesa aventurera era amiga de un caballero. Un día encontraron un huevo grande en la puerta del palacio que decía cuiden de mi hijo dragón, el rey ordenó que botaran a la basura aquel huevo entonces su hija dijo: papá, cuando nazca el dragón ¿qué pasará con él? Puedes quedarte con él, pero que no haga ningún desastre o sino no podrá estar en el castillo, dijo el rey, a lo cual la princesa accedió.

Unos días después de que naciera el dragón empezaron a desaparecer cosas. El rey quería deshacerse del dragón, pero su hija cuestionó: si puedo averiguar y mostrarte al verdadero culpable, ¿me dejarás conservar al dragón? A lo cual el rey accedió, con la condición de que tenía un día para demostrarle quien era el verdadero culpable.

 Ella le dijo que cuidaría a Peter (el dragón) con la ayuda de su mejor amigo Javier (el caballero), aunque Javier no podía quedarse a dormir en el castillo sin el permiso de mis padres. El rey fue quien preguntó a los padres de Javier si él podía quedarse a dormir en el castillo. Ya que el padre de Amelia era el rey los papas de Javier lo dejaron quedarse, después de todo no podían decirle que no  al rey.

 En medio de la noche encontraron algo que corría de aquí para allá con las pertenecías del rey, y lo vieron, era un duende, no lo podían creer. El duende los vio y grito ¡corran! De pronto salieron muchos duendes de todas partes, Javier y Amelia fueron corriendo a la habitación del rey, Amelia le dijo a su papá que habían duendes que robaban sus cosas, pero el rey no les creyó y les dijo que se fueran a dormir. Ellos indignados porque el rey no les creía, fueron detrás de un duende y entrando este a su escondite vieron la montaña de cosas que los duendes habían robado, en la cima de todas las cosas se encontraba un duende quien les decía que hacer a los demás.

Javier le dijo a Amelia que mejor se fueran de ese lugar, pero Peter estornudó quemó parte de la montaña de cosas, por lo cual los duendes los encontraron y los pusieron en una celda. El rey duende preguntó el por qué venían a robarles. Por lo que Amelia le contesto que ellos les robaban sus cosas. El duende les dijo: no, nosotros recuperamos las cosas que el primer rey nos quitó cuando nos esclavizó y nos hizo atender todas las cosas del reino.

Amelia se dio cuenta entonces que su tátara abuelo era el culpable de aquello y que si hablaba con su padre el entendería y podrían convivir en paz y se lo transmitió al rey duende.  Este no creyó esto posible pues creía que pasaría lo mismo que con el primer rey. Pero Amelia lo convenció de lo contrario y el rey duende accedió a hablar con el rey.

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