Las revoluciones son azote y son beso, lastiman y acarician, son el amor y el odio en conflicto, son la justicia y la tiranía
Enviado por azahelr7 • 18 de Enero de 2014 • Trabajo • 529 Palabras (3 Páginas) • 656 Visitas
“Las revoluciones son azote y son beso, lastiman y acarician, son el amor y el odio en conflicto, son la justicia y la tiranía.”
Hoy ____ del año en curso les doy la cordial bienvenida a este su centro de conferencias de la Universidad Continental, con el permiso del Lic. Porfirio Cadena Basurto, del catedrático Salvador Robles Sanchez y el de todos ustedes compañeros alumno, es para mi un gran honor discernir ante todos ustedes “LA REVOLUCION MEXICANA”
México como país a generado desde nuestra infancia un culto patriótico a los actos que marcan nuestro presente, la historia oficial nos insta a vivir la revolución, así con palabras mayúsculas se nos dice de su intachable veracidad y se nos obliga a creer que la revolución social existe en México, que aquí alienta, que aquí arde con todos sus horrores y todas sus ventajas, y esta es nuestra pobre herencia.
Quizá la revolución mexicana era inevitable, Porfirio Díaz nacido y crecido en el pueblo fue momento aclamado y hasta querido, reestableció la paz interior, aumento la riqueza, restableció el trabajo y levanto el honor nacional, México lo amo a pesar de su vituperable medio de la fuerza.
¿Por qué entonces un hombre que era bueno y bondadoso, generoso y patriota no supo medir los límites de su autoridad? No supo medir hasta donde podía y debía llegar su deseo de hacer gozar de nuestra patria los beneficios del orden político y social.
Sus actos predicaron las innumerables incoherencias entre lo que pensó, actuó y promulgo, había peleado por la independencia de la patria y acabo vendiendo el subsuelo a capitalistas extranjeros, lucho por las leyes de reforma y cometió el descaro de no hacer caso de ellas, había vivido para y con el pueblo y ahora este era abandonado y maltratado.
El pueblo estaba arto e irritado, demandaba justicia social y dignidad, pedía ley dado que sin ley no hay orden verdadero.
La miseria se hizo presente y la esclavitud se ejercio a diario, este fue el movimiento del hambriento contra el déspota, del esclavo contra el amo. La revolución no fue la guerra entre caudillos, no la guerra por la ambición del poder, la revolución tuvo su cuna donde la humanidad sufre, fabricas, minas, talleres, haciendas, mas de quince millones de seres humanos no tenían un terrón para reclinar la cabeza.
El régimen de Díaz fue autoritario, pero acaso ¿La revolución nos ha conducido a un gobierno verdaderamente democrático?
A cien años el que la revolución haya sido inevitable no debería obligarnos a presentarla como un éxito.
Hoy por hoy vivimos la herencia de la revolución, un régimen mas refinado pero igualmente autoritario, menos personalizado y quizá mas estructurado pero igualmente corrupto e injusto.
¿Qué significado tiene entonces la revolución mexicana?
El grito más profundo y ético que lanzo el cambio no fue el de sufragio
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