Lavoisier

Durante la época del siglo XVIII no se tenía certeza de lo que en si era el proceso de combustión. Por lo que se generaron diversas teorías dentro de las que destaca La Teoría del Flogisto, propuesta por el científico alemán Joachim Becher, que mencionaba que todo substancia contenía Flogisto o “materia de fugo”, y que al arder esta substancia se desprendía el flogisto en forma de flama. Esta teoría fue tan aceptable en su época que fue considerada como una teoría importante en química. A los alquimistas esta teoría les parecía correcta debido a una observación que se hizo en particular. Cuando en una cuchara de hierro se calienta una pequeña cantidad de plomo pulverizado, se funde, quema y forma un polvo amarillo. De acuerdo con la teoría del Flogisto , este polvo amarillo es ceniza de plomo, o plomo menos flogisto. Por lo tanto, si se podía encontrar algún camino para añadir flogisto a esta ceniza de plomo, se produciría, otra vez, plomo. Quizá esto podría lograrse calentando la ceniza de plomo con alguna sustancia qu contuviera una gran cantidad de flogisto, como el carbón. El carbón podría ceder algo de su flogisto a la ceniza de plomo. Cuando se efectuó este experimento , el producto final fue realmente plomo.

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