Legalizacion De La Mariguana
Enviado por juanis1980 • 23 de Septiembre de 2013 • 2.052 Palabras (9 Páginas) • 421 Visitas
Debido al fracaso de la propuesta del estado de California de Legalizar el uso, consumo y posesión libre de marihuana para mayores de 21 años, en México se desato una gran polémica puesto que en un principio la propuesta mostraba poca coherencia por parte del gobierno estadounidense en cuanto al apoyo ofrecido a las autoridades mexicanas para el combate del narcotráfico en la frontera.
La polémica surge del fundamento de que si la marihuana se llegara a legalizar en California, México se convertiría en un virtual proveedor ilegal el estupefaciente, es decir, la legalización de la marihuana por un lado reduciría el mercado del narcotráfico mexicano, pero por otro lado orillaría a estas organizaciones criminales a incrementar la violencia mediante otras actividades para financiar sus negocios ilícitos (secuestro, robo, asaltos, etc.).
Al ser rechazada la iniciativa norteamericana dejo en evidencia muchos puntos positivos y negativos de la legalización de las drogas, puntos que serán expuestos en el siguiente articulo de investigación documental.
Los beneficios más notorios de la legalización de las drogas son de índole económicos, y algunos de ellos son los siguientes según un artículo publicado en Blog Spot.
“Legalizar la marihuana, particularmente cuando se hace a nivel local o de manera unilateral o aislada en el contexto internacional, no disminuirá la violencia en México", afirmó este martes el vocero del gobierno para asuntos de seguridad nacional, Alejandro Poiré, en un mensaje a los medios.
La legalización de las drogas bien podría tener efectos económicos positivos, siempre y cuando se cumplan algunas condiciones, de otra manera es inútil su legalización. Cabe aclarar que aquí se aboga por la legalización de las drogas blandas, es decir, de la marihuana, haschish, anfetaminas y a algunos analgésicos y tranquilizantes. El caso del resto de las drogas su legalización es muy peligrosa para la sociedad debido a sus efectos altamente adictivos y dañinos para el ser humano.
En caso de legalizarse el uso de las drogas blandas podrían existir diversos beneficios económicos. En primer lugar se genera un impacto sobre las fianzas públicas al eliminarse el negocio ilícito y reducir sus ganancias extraordinarias y se crean negocios ordinarios. Es conocido que las altas ganancias del narcotráfico se deben a su ilegalidad, así al eliminar la fuente de sus precios altos, el negocio del narcotráfico sufría una dramática caída en sus ganancias, lo que podría llevar algunos narcotraficantes a la quiebra. Resulta obvio que algunos resistirían este embate y se mantendrían en el mercado, pero estos deberán de someterse a las instituciones legales establecidas. De esta forma se genera un doble impacto sobre las finanzas públicas, pues, por un lado se crea un flujo de impuestos que pueden ser usados para el bienestar social; y por otra parte, se reducen los gastos improductivos del gobierno, como los recursos destinados al combate frontal de las drogas o los gastos de las prisiones, ya que la legalización de las drogas reduciría la población carcelaria. La liberación de estos recursos podría ser usada en otras actividades económicas que redunden en un beneficio social.
En este sentido, para que las ventajas se mantengan y reducir los costos, es necesario que el gobierno regule por completo la producción, el transporte y comercialización, otorgando permisos para cada actividad, así como controlando la calidad del producto. Esto debe de ir acompañado de otras regulaciones, similares a la venta de cigarros en diversas naciones, como la no venta a menores, ni su comercialización cerca de centros educativos o la prohibición de anuncios publicitarios. A la par de estas políticas, sería absolutamente necesario implementar políticas agresivas para la prevención de su consumo y del tratamiento de la adicción. Esto impediría un aumento de su consumo y probablemente lo reduciría, con lo que se evitaría la pérdida de recursos humanos.
En resumen, los benéficos económicos de la legalización de las drogas aumentan los recursos del gobierno y eliminan gastos improductivos, los cuales ayudarían a balancear el gasto público. Además permitiría mejorar las expectativas sobre la economía, lo que incrementaría la inversión y se alentaría el crecimiento económico. Sin embargo, los costos asociados pueden obstaculizar los efectos favorables al elevar el consumo, reducir la productividad y ampliar el gasto público en el sector salud y seguridad pública. Para evitar esto, el gobierno deberá regular el negocio e invertir en la prevención del consumo de drogas y rehabilitación de adictos, y de esta forma, los beneficios superarían a los costos.”
Es perfectamente posible comenzar con la marihuana. No voy a hacer aquí una más de las apologías de la marihuana que se pueden encontrar en internet. Es evidente que se trata de una droga injustamente satanizada, cuando en cambio es legal el alcohol violento y asesino, culpable de la inmensa mayoría de los accidentes mortales de tráfico, y el tabaco, adictivo hasta la desesperación e indudablemente mortal, droga inútil, nada divertida y efímeramente placentera. El tabaco atrapa a casi todos los que lo consumen y a una buena parte los mata. El alcohol también atrapa y destruye. No a todos, pero a muchos de los que lo usan. Y mata alrededor de donde se consume, ni siquiera sólo a los que se lo beben. Y la prohibición ha demostrado su absoluto fracaso ahí donde se ha impuesto. En el caso del alcohol en Estados Unidos, doce años fueron suficientes para permitir la acumulación originaria de muchas de las mafias que todavía operan en otros rubros de los mercados clandestinos. Cuando Roosvelt acabó con el despropósito puritano, el paso se dio de la prohibición a la liberación absoluta, con la creación de un mercado multimillonario que ha abusado de la publicidad, aún más que las tabacaleras, ahora culpabilizadas. La política que se está siguiendo con el tabaco es una opción más racional. Se está restringiendo el espacio público para fumar y se está eliminando la publicidad, sin prohibir ni la venta ni el consumo. Ese es un caso de regulación extrema del mercado de un producto adictivo, dañino para la salud y con consecuencias sociales, pero a nadie se le ocurriría el desatino de prohibir completamente el tabaco. El mercado negro surgiría de inmediato y las ganancias del crimen organizado se multiplicarían. La marihuana es mucho menos dañina. Nadie se ha muerto por sobredosis de THC, hay formas de consumirla que evitan la combustión y los efectos de ésta en los pulmones, y es mucho menos adictiva. Los marihuanas no suelen agredir al prójimo, como
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