Leon De Nemea

El León de Nemea

El primer trabajo que le fue encomendado a Hércules consistió en matar al León de Nemea, quien, como la mayoría de los investigadores dicen, pudo haber sido hijo de Tifón, del perro de Gerión, Ortro, o de la Quimera. Otras versiones señalan que fue traído a la vida por la diosa lunar Selene, quien lo abandonó en el monte Treto, en las cercanías de Nemea, a los pies de una cueva con dos entradas. Otros dicen que la misma Selene, por deseos de Hera para acabar con Hércules, lo creo a base de espuma marina. Esta criatura con forma de león tenía una piel muy fuerte que contrarrestaba cualquier ataque con hierro, piedra y bronce. Al llegar a Cleonas, sector entre las ciudades de Corinto y Argos, Hércules fue hospedado por un hombre conocido como Molorco, a cuyo hijo le tocó perder la vida a manos del león. En el momento en que Molorco se disponía a sacrificar un carnero para Hera, Hércules le detuvo y le dijo: “Espera treinta días. Si vuelvo sano y salvo, sacrifícalo a Zeus salvador; si no vuelvo, ¡sacrifícamelo a mí como héroe!” Al llegar a Nemea, no encontró a nadie que lo ayudase a encontrar al león. Todos habían sido asesinados por la bestia. Se dirigió al monte Treto, y al llegar alcanzo a ver la silueta del animal acercándose a su guarida. Sin dudarlo dos veces, el héroe le lanzo una manada de flechas, sin lograr un buen resultado debido a la poderosa piel del felino. Uso su espada, pero esta se arqueó en el momento en que toco a la bestia. El león se introdujo en su cueva de doble entrada, aprovechando así, Hércules, de tapar con una red una de las entradas de la cueva. Se metió en la cueva, y despojándose de sus inservibles armas, luchó con la bestia con las manos desnudas. El hijo de Zeus perdió un dedo durante el combate, pero esto no le evitó estrangular al monstruo con sus brazos. Le llevo el cuerpo sin vida al Rey Euristeo, no sin antes celebrar un sacrificio a Zeus junto con Molorco. El rey, aterrado, le prohibió la entrada a Micenas y le ordeno presentar las victorias de sus trabajos lejos de su vista. Haciendo uso de las garras del león, gracias a los consejos de Atenea, Hércules se armo una fuerte e invulnerable armadura con el cuerpo del animal, y un resistente yelmo con la cabeza.

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