Leon Trujillo
Enviado por ale199518 • 30 de Marzo de 2014 • 5.117 Palabras (21 Páginas) • 289 Visitas
LA INVESTIGACIÓN CUALITATIVA EN EDUCACIÓN
Abraham León Trujillo
La investigación constituye un proceso sistemático de carácter social
mediante el cual se conoce la realidad y descubre la existencia de hechos
nuevos, se reconocen sus características, se determinan sus relaciones con
otros sucesos y los vínculos entre sus componentes. La investigación
representa un proceso encaminado a conocer, interpretar y comprender la
realidad para transformarla. Una investigación no es una sucesión simple de
métodos y técnicas estereotipadas que baste aplicarlas tal cual en un orden
inmutable, significa una práctica social en la que se trata de armonizar las
exigencias de una formación teórico-metodológica con una reflexión crítica
que valore las aportaciones y los límites de las perspectivas teóricas y
metodológicas incorporadas.
La investigación es un proceso que requiere de un profundo ejercicio del
potencial cognitivo que posibilita no sólo la aprehensión de la realidad,
sino también su comprensión. Esto, porque el objeto de estudio alude a una
situación en parte conocida y en parte desconocida, que requiere del
investigador una respuesta adecuada en término de conocimiento que no se
tenía hasta entonces (Flores Ochoa y Tobón Restrepo, 2001).
Todo proceso de investigación representa una instancia de confrontación
entre un saber teórico y un saber empírico, la cual es posible realizar si
se consideran los componentes iniciales del proceso de indagación: el objeto
de conocimiento, la teoría, la metodología y las condiciones de su
realización. La elección y la construcción del objeto de estudio, así como
la organización de los procedimientos de trabajo varían con cada
investigación debido a que el objeto de estudio de una ciencia es más amplio
que un problema de investigación que es un interrogante puntual y preciso
sobre la relación entre dos o más aspectos o componentes de un objeto.
En consonancia con nuestra percepción, Hidalgo Guzmán (1992: 31) plantea
que
“La investigación es un acontecimiento significativo en la realización
cotidiana del sujeto; su posibilidad radica en la disposición crítica y
reflexiva de quien pretende investigar frente a su situación concreta. El
proceso de investigación se hace posible cuando el sujeto construye un campo
problemático que remite a ciertos hechos inexplicables, incomprensibles o
inéditos de su cotidianidad. La noción del objeto de investigación refiere
el resultado de un proceso complejo que parte de una reflexión que el sujeto
hace de y desde su situación, de la problematización de ciertos hechos
mediante un análisis crítico para construir un campo problemático, cuya
posibilidad reside en el ejercicio crítico de sus saberes y la ampliación de
sus referentes con algunos elementos teóricos pertinentes. La concepción de
un objetos de investigación remite a la delimitación específica de una
relación en un su campo problemático construido. El proceso constructivo del
objeto expresa análisis crítico y retornos reflexivos; pero también se hacen
presentes la comprensión y la explicación a lo largo del proceso y no como
expresión peculiar del momento final, hecho que sugiere y permite proponer a
la investigación como un itinerario aproximativo, a través del cual se
construye una explicación a los hechos asumidos inicialmente como
inexplicables; un proceso que permite comprensión y aproximación de
acontecimientos, vistos como ajenos y sin sentido en un primer momento”.
En tanto que la investigación social genera nuevos modos de conocer la
realidad, se suceden nuevas concepciones y significados del quehacer
investigador; de modo que se pueden reconocer variadas concepciones o
interpretaciones del ser y quehacer de la investigación como tradiciones
científicas existen. Cada perspectiva teórica y metodológica presenta una
intencionalidad, una trayectoria y una manera de producir conocimiento que
se soporta en un supuesto epistemológico distinto. La percepción de la
investigación social desde las posturas científicas empírico-analíticas,
interpretativa y sociocrítica, posibilita reconocer los sesgos semánticos
incorporados en cada una de ellas.
De tal forma que pueden reconocerse tradiciones que marcan la ruta y los
referentes de las acciones promovidas por la propia indagación, a saber, las
tendencias cuantitativa (Positivista, Hipotético-deductiva, Cientificista,
racionalista) y cualitativa (Emergente, Naturalista, Interpretativa,
Comprensiva).
Desde la perspectiva positivista, investigar alude a la aplicación del
método científico al estudio de los problemas sociales, estableciendo una
relación de causa-efecto que desemboque en una explicación; para la
concepción interpretativa, investigar es comprender la conducta humana desde
los significados e intenciones de los sujetos que intervienen en el
escenario presencial, buscando interpretar y comprender los fenómenos de
interacción, más que aportar explicaciones de tipo causal; la perspectiva
sociocrítica, por su lado, considera que la investigación social, además de
crear conocimiento útil para la acción social, comporta una reflexión y
análisis crítico de la realidad encaminada a su transformación.
Cada perspectiva tiene una intencionalidad, una trayectoria, una manera de
ser y producir conocimiento y un sustento epistemológico distinto. No se
trata de que un paradigma es mejor que otro, no se trata de ver que el
último es el mejor y que el primero está superado o muy criticado, sino de
reconocer sus características, componentes, posibilidades y límites. La
responsabilidad de quien incursiona en investigación, en todo caso, es
conocer los potenciales de cada perspectiva, estar muy claro en sus
interrogantes de investigación y saber en cuál de ellos ubicarse para
generar el conocimiento que se quiere, para no propiciar los llamados calcos
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