Liderazgo En El Aula
Enviado por stellabernal18 • 27 de Mayo de 2014 • 617 Palabras (3 Páginas) • 450 Visitas
LIDERAZGO EN LA FUNCIÓN DOCENTE
David Calderón de los Ríos
La variedad y cada vez más complejas demandas que la sociedad le plantea al ejercicio de
la función docente hacen recomendable que el profesorado disponga en su desempeño de
las competencias propias del liderazgo transformacional, que le permiten promover aprendizajes
en sus alumnos, inducir el cambio y la innovación, y convocar a los participantes del proceso
educativo para conformar una comunidad educativa que posibilite la consistencia y coherencia
de las visiones, motivaciones, estrategias y compromisos de sus integrantes.
Se sostiene que para poner en práctica la autonomía profesional debe, en primer lugar,
alcanzar su afirmación profesional, mediante un esfuerzo intelectual que le permita acudir al
conocimiento que le aportan las ciencias y teorías educativas, la pedagogía, la dinámica de las
disciplinas culturales y el saber que le proporciona la práctica docente cotidiana. En segundo
lugar debe disponer de habilidades sociales para compartir y comprometerse en una verdadera
comunidad profesional y en tercer lugar, actuar en conciencia profesional, la que se concibe
como el compromiso con la investigación, el conocimiento, la competencia, la ética en su
desempeño docente, la integración y la justicia social.
En la actualidad todas las profesiones han evolucionado para responder a los nuevos
requerimientos y demandas que la sociedad paradigmática les impone, desafiando la filosofía,
las ciencias y las teorías que las sustentan; las ciencias y las tecnologías que las instrumentalizan
y la ética que las compatibiliza con el sistema de valores en que coexisten.
Dentro de este programa emerge distintivamente la función docente ejercida por el profesional
profesor Esta función la realiza el profesor en un ambiente social convulsionado, turbulento,
con fuertes tensiones económicas, culturales y políticas que desafían su profesionalismo,
colocándolo en una verdadera encrucijada; puesto a su vez la sociedad le exige resultados
de calidad. Resultados que, muchas veces, no coinciden con la educación esperada por
los diversos grupos de presión e interés que coexisten en el medio social. Por otro lado, tampoco
se observa la fehaciente expresión de voluntades y esfuerzos para conformar efectivas
redes de apoyo sinérgico que legitime, promocione y valore la educación como fundamental
actividad humana de desarrollo personal y social.
En otro plano, tampoco la sociedad le proporciona al docente, con claridad, las condiciones
adecuadas para la profesionalización que como dimensión debe manifestarse, entre otros,
en indicadores tales como: una efectiva sistematización de la formación
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