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Liderazgo En Las Organizaciones Educativas


Enviado por   •  23 de Noviembre de 2012  •  2.955 Palabras (12 Páginas)  •  681 Visitas

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LA NECESIDAD DE LIDERAZGO EDUCATIVO EN LAS ESCUELAS Y LICEOS VULNERABLES.

MARCELA ÁLVAREZ NÚÑEZ.

Al hablar de desigualdad social en nuestro país, evocamos una serie de antecedentes que nos llevan a pensar en una crisis que, al contrario de lo que podría imaginarse, se hace más evidente y más difícil de enfrentar. Inestabilidades laborales y su consecuente dificultad económica, mal distribución de la riqueza, políticas poco alentadoras, entre otras, se constituyen en factores determinantes a la hora de pensar en un bienestar social.

Todo este contexto situacional, envuelve a los sistemas educativos chilenos que ven con asombro el aumento de alumnos en situaciones vulnerables, es decir, alumnos y alumnas que de alguna manera, están expuesto al “maltrato” social, a la marginación de oportunidades sociales y, por ende, impedidos de satisfacer necesidades básicas y fundamentales. Con esta “ materia prima” las escuelas y liceos de nuestro país, deben lidiar a diario para encantar y, motivar y buscar la forma de ofrecer una y tal vez tan sólo una, oportunidad de romper el círculo irremediable de la pobreza y la vulneración.

¿Es posible pensar que un estilo definido de liderazgo educativo pueda tener impacto en la escuela y por ende, indirectamente en los alumnos y alumnas?

El liderazgo como fenómeno social debe estar presente en diversos componentes organizativos y estamentales de la organización educativa, pues ha ido adquiriendo una importancia creciente en el contexto de los requerimientos de este tipo de organizaciones en el siglo XXI, y las razones sicológicas, sociológicas, profesionales y pedagógicas (Álvarez, 1998) que adquieren relevancia y fuerza en el contexto de los desafíos societales del cambio cultural.

En un establecimiento educacional municipalizado que ofrece los tres niveles, Educación Pre Básica, Educación Básica y Educación Media, con un alto número de estudiantes, docentes con un nivel de formación profesional no acorde a requerimientos actuales en educación , y asistentes de la educación con un gran número de situaciones emergentes, imposibles de enfrentar como un todo y un sistema centrado en lo burocrático y en la falta de autonomía de cada centro, impregnado de una sensación de resentimiento por un sistema lleno de requerimientos y falto de atención por la profesión docente, es difícil reconocer aspectos que faciliten su gestión .

En la actualidad, los establecimientos educacionales más vulnerables del país, han estado en una fuerte dinámica de exposición frente a los medios: la presencia de violencia en salas de clases y recreos; bajos resultados en las mediciones SIMCE; alumnos con problemas de obesidad; bajo nivel de comprensión auditiva y de lectura en Inglés y, como si esto no fuera suficiente, los docentes de establecimientos municipales, obtienen malos resultados en el proceso de evaluación docente. Se suma a esta creciente “decadencia” del sistema, la publicación de los resultados de la Prueba Inicia que señala que el 50% de los egresados de Pedagogía no cumplen con los requerimientos mínimos para educar (MINEDUC 2011).

Además, la lluvia de tareas y quehaceres que realiza la institución educativa chilena al interior de sus dependencias genera una dispersión que confunde el eje y núcleo central educativo, puesto que al tener a la población cautiva, es posible que se apliquen encuestas, programas de salud, diagnósticos para medir objetivos de interés particular o social, vemos desdibujada la gestión de liderazgo educativo. Si agregamos algo más, como las múltiples dependencias burocráticas y jerárquicas y los procesos fragmentados (Maureira, 2006) del desempeño de los docentes en la escuela, se evidencia la atomización del sistema.

Ciertamente, este escenario genera escasa expectativas de mejora en el concierto nacional y, además, una sensación de fracaso que pesa en las espaldas de la organización escolar y sus integrantes. Desde la mirada de los usuarios, se promueve un alto nivel de desconfianza y de escepticismo.

Entonces, ¿Será posible que una acción de liderazgo tenga relevancia para abordar la misión de la escuela? ¿Será factible mejorar los resultados de aprendizaje escolar en un sistema que va en franco deterioro?

Recientemente se publicó en el diario La Tercera un estudio acerca del liderazgo en las escuelas vulnerables con mejores y peores resultados. Se comparó dos escuelas vulnerables del país, una en el extremo norte de Santiago, la escuela XX , con más de un 97% de vulnerabilidad y que logró superar de 202 a 250 puntos SIMCE, una hazaña. Y una escuela en el otro extremo de Santiago, la escuela YY con un 97% de alumnos vulnerables y que baja sus resultados SIMCE de 215 a 191.

¿Cuál es la importancia, entonces, del liderazgo educativo en estos centros escolares?

La Escuela del extremo norte, posee un director -ampliamente reconocido por todos-y un liderazgo distribuido en toda la comunidad educativa: los apoderados se organizan y los profesores participan en la toma de decisiones.

Las políticas educativas están en la búsqueda de una mejoría de la calidad y equidad de la enseñanza escolar para lo cual han considerado las investigaciones en torno a eficacia escolar, en las cuales aparecen algunos factores (financiamiento, currículo, sistema de medición de aprendizajes, etc.) como determinantes del proceso (Weinstein, 2009). Sin embargo, es el factor Liderazgo de la dirección y/o de los equipos directivos el que aparece en un rol central. Es el segundo factor intra-escuela de mayor peso en los resultados de aprendizajes de los estudiantes, hecho que se acrecienta si se habla de escuelas en pobreza (NCLS, 2003). Numerosos estudios de carácter cualitativo, asociados a efectividad realizados en países como Chile, muestran la fuerte asociación entre liderazgo educativo y eficacia escolar, no limitándose a un solo factor explicativo, lo que permite prejuzgar que es un fenómeno de complejo análisis (Maureira, 2006). No obstante y a la luz del fenómeno chileno de las últimas décadas, se pudiere traslucir algunos factores que permitirían resolver interrogantes importantes.

Como ya señalamos anteriormente, la vulnerabilidad de los Centros Educativos, dan cuenta de las carencias sociales de sus alumnos y alumnas y, como consecuencia, mayores brechas educativas con otros centros escolares y mayores posibilidades al fracaso escolar. Así, la clave está en identificar “los estilo de liderazgo” de nuestras escuelas y liceos y observar qué factores están marcando la diferencia entre ellas y que las lleva a situarse

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