Literatura Epica
Enviado por nazareth17 • 13 de Octubre de 2013 • 5.738 Palabras (23 Páginas) • 318 Visitas
1. LA ÉPICA.
2.1. Concepto y orígenes.
Entendemos por poesía épica aquellos versos destinados a cantar las hazañas de un héroe o de una colectividad, que se cultivó en Europa durante la Edad Media (siglo VIII hasta el XV).
Sobre los orígenes de la épica, existen fundamentalmente dos teorías.
Los denominados tradicionalistas defienden el origen de la épica en elMester de Juglaría (el oficio de los juglares). Los juglares, en el repertorio de cantos que realizaban para entretener y divertir a la gente en actuaciones públicas, tanto en las plazas, las romerías, los lugares recreativos del momento, o los atrios de las iglesias, incluían el cantar de las hazañas de un determinado personaje del momento o histórico, o de un pueblo. Estos modos de diversión pública ya tenían lugar en la antigüedad clásica o entre los musulmanes, con figuras similares a la de los juglares. Los tradicionalistas opinan que son las prácticas juglarescas -herederas de las tradiciones clásicas y antiguas- las que provocan la aparición de la literatura neolatina y, como consecuencia, de la épica. El juglar es entendido como poeta y, al mismo tiempo, intérprete de la obra, y conocedor de la técnica literaria como parte de su formación cultural. Es decir, el término juglar para nada es sinónimo de inculto, sino de diversión.
Como contrapartida a los tradicionalistas están los individualistas, quienes defienden el origen de la épica en el Mester de Clerecía (el oficio de los clérigos). Los clérigos eran los hombres poseedores de la cultura -en el sentido más amplio de la palabra- de la época y, por lo tantos, tenían la posibilidad de conocer los hechos históricos y reflejarlos por escrito (hecho que ocurre algo más tarde). Los individualistas creen en que son autores concretos los iniciadores de los poemas épicos, y no una colectividad. No dudan de que los clérigos utilizaran a los juglares como medio de difusión de la cultura.
Es necesario señalar que, sea su origen juglar o clerical, las intenciones que tuvieran cada uno de ellos -dado sus oficios- debieron ser distintas: el juglar, divertir; el clérigo, adoctrinar.
El juglar, como profesional de la diversión, actuaba frente a públicos de distintos tipos y niveles culturales, lo que provocaba que los poemas memorizados debía adaptarlos en cada momento, en un sentido orgánico de la creación, para ser aceptado por los espectadores, y no sufrir el rechazo. Esto implica que estos poemas no tenían, en sus principios, ni la uniformidad ni la conservación que tiene la literatura actual. Los poemas épicos estaban afectados tanto por la renovación continua como por las tendencias y modas literarias de cada instante, hasta que empezaron a aparecer los primeros documentos escritos de los mismos (aproximadamente en el siglo X).
El clérigo buscaba el adoctrinamiento utilizando leyendas e historias, en su afán de la atracción de los peregrinos y fieles a sus pensamientos. Existieron, incluso, clérigos vagabundos, juglares, que iban de boca en boca alimentando esta práctica de la publicidad de la poesía épica.
Probablemente ninguna de las teorías fueran erróneas y se produjera una coexistencia de ambos orígenes, que generaron el nacimiento de este arte románico, cuyo conocimiento y disfrute es esencial para todos aquellos que quieran conocer el nacimiento de nuestra literatura.
La literatura épica es un género literario, también llamado poesía épica, que narra o describe hechos legendarios -normalmente ficticios- desarrollados en un determinado espacio y tiempo. Si bien la literatura épica ha sido conservada de forma escrita, sus inicios son orales, cuando era recitada ante enormes multitudes por los así llamados rapsodas.
Hablando más detenidamente de las características de la épica, podemos decir que los hechos que narra son generalmente inventados, pero también pueden ser hechos verdaderos convenientemente adornados para hacerlos más grandiosos o espectaculares. La narración se hace siempre en tiempo pasado, y el narrador no tiene por qué aparecer en la obra. Generalmente, la épica se escribe o bien en prosa o bien en algún tipo de verso largo (que puede ser hexámetro, verso alejandrino o algún otro). La épica es un género de enorme extensión y éxito debido, en parte, a que tiende a incluir a los demás géneros (el lírico, el dramático y el didáctico). Externamente su estructura es altamente variable, incluyendo capítulos, epígrafes, etcétera. Sus posibilidades de variación han hecho que a lo largo de la historia la épica aparezca de formas diversas: como epopeya, cantar de gesta, poema culto, romance, etcétera.
El género épico gozó de buena salud en la antigüedad. Los sumerios elaboraron el primer ejemplo que conocemos, el Poema de Gilgamesh, y los griegos lo situaron en el olimpo de la literatura universal con la Iliada y la Odisea. En Roma tenemos la Eneida, y también en las cultura india se desarrolló la épica, con el Mahabarata y el Ramayana.
En la Edad Media, los pueblos europeos reelaboraron el canon para adaptarlo a los nuevos tiempos y así nacieron los llamados cantares de gesta, con menor importancia de los elementos más fantásticos o relacionados con las divinidades. En Francia se elaboraron algunas de las más conocidas, como la Chanson de Roland. En España, el ejemplo es el Cantar de Mío Cid, y en Alemania el Cantar de los Nibelungos. Las historias del Rey Arturo fueron el ejemplo más representativo en Inglaterra.
Con la llegada de la modernidad la épica se hace más terrenal, los personajes dejan de ser héroes y se convierten en gente corriente -incluso vulgar-, las grandes hazañas pasan a ser episodios cotidianos que se utilizan para la crítica o la sátira social, como en el Lazarillo de Tormes o el Quijote. Con el tiempo, esta tendencia desemboca en el éxito de las novelas, que comparten el fondo de la antigua épica y lo adaptan a los nuevos tiempos.
2. Características de la épica
Entre las principales características del relato épico, debe consignarse la ubicación temporal de los hechos narrados. Se trata de un pasado lejano, un tiempo leyendario que coincide con el nacimiento de los valores que constituyen una cierta nacionalidad. Las naciones modernas son el producto de un conjunto de transformaciones económicas, sociales, políticas y culturales; muchos de los datos centrales que caracterizan a estas transformaciones se encuentran en
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