Logist_personal
Enviado por ros_16 • 13 de Enero de 2015 • 1.012 Palabras (5 Páginas) • 136 Visitas
La experiencia personal
Cada día se escucha el surgimiento de un departamento logístico en una empresa, o la designación de una persona para que se encargue del asunto. Comienza ahí el primer gran dilema. ¿Es necesario un departamento logístico?; ¿Amerita el volumen de actividades que se llevan a cabo en el restaurante crear un departamento de esta naturaleza?, ¿Contratar a una persona para que “reparta el pan”, en un decir callejero?
Lo primero que hay que pensar es si el tamaño de nuestra organización realmente precisa de un departamento logístico o si lo conveniente es integrar la actividad a la del área comercial; económicamente hay que hacer un estudio de factibilidad: se requieren computadoras, materiales de oficina, fondo de salario y un grupo importante de recursos materiales y financieros, que tal vez puedan ser empleados en otras áreas, tan necesarias como esa, que de alguna manera dentro de sus funciones ya se encargan de la actividad logística. El primer mensaje entonces es: en el ámbito empresarial la moda no debe ser motivo para cometer errores e incurrir en gastos innecesarios.
Lo segundo, muchas veces el concepto de logística está distorsionado; algunos tienden a confundirlo con la actividad de compras. Segundo mensaje: si no conoce a ciencia cierta, en qué consiste la actividad, no la cree; contrate a un consultor y él le dará todos los detalles.
Un problema frecuente, y comienzo a discursar sobre la experiencia personal, ha sido precisamente, la confrontación entre las ventas y el proceso de compra. Muchos administradores indican comprar cuando ven que se producen ventas y esto a mi modo de ver, no debe ser una decisión que se tome a la ligera. Lo anterior requiere de un estudio; estudio que ofrecerá la información necesaria para tomar una decisión. Tercer mensaje: “Nunca juzgue al libro por la portada”; están ocurriendo ventas; pero las necesarias; las suficientes como para invertir en nuevos productos.
Lo anterior le quedará mucho más claro en la medida en que avanza el presente.
Ahora bien, a raíz de lo anterior, surgen entonces las clásicas preguntas:
¿Cuándo comprar?
¿A quién comprar?
¿Qué cantidades?
¿Cómo identificar esas necesidades?
Estas pueden resultar preguntas cuyas respuestas ya están escritas, formuladas y probadas matemáticamente en muchos libros; lo cierto es que a veces en nuestro sector la aplicación de ellas se vuelve un poco compleja y hasta inútiles, porque determinar, pronosticar, anticiparse a ciertos resultados no siempre son la solución, fundamentalmente cuando la demanda de servicios en nuestro restaurante es inestable.
Sinceramente, durante un año, probándome a mí mismo, buscando fusionar todo ese caudal teórico con la experiencia práctica me demostró que muchas teorías, pueden ser manejadas de otra forma.
Por ejemplo: el proceso de abastecimiento del restaurante, puede adaptarse al conteo diario de las mercancías en existencia del restaurante, una vez culminado el servicio o parte de él. Los famosos IPV (Inventario del Punto de Venta), que muchas organizaciones desprecian y los alejan a frecuencias mensuales o quincenales, reportan una importante información
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