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Barkin expone que la crisis en la gestión del agua está inmersa en una competencia existente por el acceso a ella y que se intensifica por los cambios en que se asigna su uso y las decisiones al respecto, y en problemáticas referentes a la calidad del agua debido a la contaminación y a la disponibilidad (cantidad), afectada por los incrementos en la demanda.

En la ciudad de León, los problemas de contaminación del recurso en su mayoría por causa de industria del calzado, además de los incrementos de la demanda del área metropolitana que se tienen que atender limitando los usos agrícolas y ganaderos del agua, que igualmente están aumentando, la administración local del recurso a cargo del municipio la SAPAL no está preparado para solventar las problemáticas actuales, ya que carece de fuerza política y financiera, y sobre todo de decisión propia, limitándose los logros referente a la minimización de las problemáticas del lugar caracterizados cuantitativa y cualitativamente.

En este sentido, las decisiones sobre acciones a realizar para la resolución de los problemas, se están tomando como respuesta a las demandas de grupos poderosos, un grupo de empresarios, sin tomar en cuenta las necesidades de los grupos sociales, o la disponibilidad del recurso hídrico; prueba de esto es que se tiene un proyecto de construcción de una presa que de acuerdo con Barki dice en palabras de las SAPAL, “garantizará el suministro del agua potable a la ciudad de León por los próximos 25 años.”; dicho proyecto involucra la inundación de un pueblo campesino aledaño al sitio de construcción que nunca fue consultado; esto demuestra que las decisiones van encaminadas a dar respuesta y solución a las necesidades de unas minorías, ignorando los derechos reales de los grupos sociales que son mayoría, e ignorando de igual manera la contaminación del recurso que genera efectos de salud en la población.

Si bien es cierto el organismo local operador del recurso (SAPAL), no hace o no puede hacer mucho para minimizar los problemas, el organismo operador nacional, la CONAGUA, por su parte es incompetente e ineficaz,; Barkin señala que carece de información confiable relacionada con el recurso agua, esto refiriéndose a cantidades disponibles, a cantidades extraídas y su control, y a descargas de residuos contaminantes con efectos directos en el recurso, generando como consecuencia que no se pueda poner en práctica el derecho humano al agua; así mismo permite argumentar que se está en señales de alarma respecto a la situación que es nacional, ya que es grave y que en palabras del secretario general de la OCDE, Ángel Gurria, México no puede darse el lujo de continuar con la situación actual.

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