L’opportuniste de Indochine

L’opportuniste de Indochine

Nombre y Apellidos: Jennifer Patricia Saavedra Sáenz

Código:                   20132166

Ser capitalista. Ser comunista. Ser socialista: es el dilema de todos los tiempos, y de todas las naciones. Indochina y su canción L’opportuniste refleja de manera adecuada lo que ocurrió en los años 90 en el Perú. Innumerables de jóvenes peruanos gritaban a viva voz sus canciones  que poseían letras de revolución y de libertad.

La primera vez que escuché a Indochine, me gusto esa mezcla rara de rock con sonidos orientales. Me causo mucha curiosidad la vestimenta y el uso de pintalabios por parte de uno de los integrantes. Puedo imaginar que para la época que se puso de moda en Perú habrá causado mucha conmoción. Lo cual en los hechos es cierto.

Tengo que confesar que nunca me puse a averiguar la significación de la canción L’opportuniste. Sin embargo, luego de escucharla con detenimiento me genera cierto dolor y lamento: dolor, porque manifiesta la hipocresía del poder y del juego de interés políticos y económicos que superan el fin del bien común. Lamento, porque puedo la letra de ésta canción me retrotrae al Perú de los 90. Basta con imaginar la sensación de tristeza de ver a tu país estancado, de observar mucha pobreza, de no ver futuro en tu propio territorio a tal punto querer irte de lo más pronto del  país, de no sentir vergüenza de decir de dónde eres o de que incluso tu país sea sinónimo de miseria.

Ante este panorama, siempre hay un reto de reclamar, de hacerte escuchar, de no temblar a las tentaciones de la corrupción y el aprovechamiento individual. Sin embargo, me negaría a la realidad, si no aceptara que el individuo suele “cambiar de chaqueta” como dice la canción. Pues basta que nos cambiemos de “ropaje” para ocultar nuestras creencias e ideología; es decir,  nuestras convicciones.

En este sentido, existe en el ser humano y sus bondades una cierta escepticidad. Una que daña las relaciones humanas, entorpece la solidaridad  y denigra el amor. Se puede protestar y reclamar por tu prójimo, pero si en el momento en el que debes apoyarlo le das la espalda pienso que no mereces llamarte ser humano.

Por otro lado, escuchar a Indochine me brinda esperanza. Ello, en la medida, que a pesar que  el ser humano puede ser indiferente a las necesidades de los demás, la música no ha dejado de ser un medio de manifestación, que nos ayuda a poder transmitir aquello  no se dice en discursos, pero sí en canciones.

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