Los 7habitos
Enviado por lauris11 • 1 de Febrero de 2014 • 2.028 Palabras (9 Páginas) • 186 Visitas
Parte: A Los 7 hábitos de la gente altamente efectiva.
El propósito esencial de este libro fue educar a las personas , para que sean realmente efectivas no esun programa de un mes sino un proceso que requerirán de paciencia , se deberá pagar un largo tiempo para implantar estos 7 hábitos .
Será un reto, es como subir una montaña, se sentirán las fuerzas de los antiguos hábitos en su contra nos resbalaremos pero si persistimos lo lograremos Aplicando este esfuerzo, se aumentara la emoción de seguir niveles más y más altos para lograr lo mejor de nuestras metas.
Aplicando este esfuerzo la ética para convivir profesionalmente y socialmente la manera de obtener lo mejor de los 7 hábitos es tener criterio amplio , buscar manera de implantar estos hábitos en esta vida . la manera de obtener estos hábitos es estar abiertos al autodescubrimiento, los hábitos son parte de nuestros carácter.
El conocimiento es el componente teórico del ¿Por qué hacerlo?
La habilidad es la parte práctica ¿Cómo hacerlo?
El deseo es la parte de motivación, Querer hacerlo
Los hábitos son factores en nuestra vida determinan el nivel de la efectividad e
Inefectividad los siete hábitos son sencillamente sentidos común sentido común organizados.
Parte B: carácter y personalidad, desarrollo de los hábitos
Ética del carácter, atributos como: integridad, compasión, contribución, responsabilidad, Fidelidad, coraje, justicia , estos atributos fueron hallazgos los cuales son las bases para describir los 7 hábitos de las personas altamente efectiva.
En estos momentos actuales ha virado la ética del carácter para llamarla la ética de la personalidad, básicamente se refiere a cuidarse uno mismo, en otras palabras la ética de la personalidad, trata de como parecer que en cómo ser Sino tienen raíces en la técnica de el carácter será difícil tener una efectividad duradera.
Demasiada gente solo hacen lo que otros hacen, pero los programas cambian las practicas cambian pero los principios no cambian, cuando usamos la ética para establecer el carácter en algunos casos somos manipuladores por eso debemos tener un carácter confiable y estudiarlo para para tener una ética realmente del carácter.
Parte C: Continuo de madurez.
Marco básico de los hábitos como un todo, están interrelacionados.
Madurez: significa el proceso que aumenta el crecimiento y el desarrollo
Continuo: significa la naturaleza de continuar el crecimiento y progreso
Madurez alta y madurez baja.
Dependencia: necesita de otro para lograr lo que se quiere, puedo ser intelectual dependiente de otros.
Independencia estas libre de influencia externa, eres auto confiable, no necesitas de nadie, este es la actitud del yo, yo puedo yo quiero yo soy.
Interdependiente: este nivel es más alto y más maduro, vivimos en una mundo interdependencia, esta es l actitud de nosotros, nosotros podemos , nosotros llegamos .
Hasta que no seamos independientes no podemos ser interdependiente .no se puede trabajar con otros sino tenemos auto mandato de nosotros mismo.
Las victorias privadas. (De la victoria privada viene la victoria pública)
La personalidad y la ética del carácter
Al mismo tiempo, además de mi investigación sobre la percepción, me encontraba profundamente inmerso en un estudio sobre los libros acerca del éxito publicados en los Estados Unidos desde 1776. Estaba leyendo u hojeando literalmente millares de libros, artículos y ensayos, de campos tales como el auto perfeccionamiento, la psicología popular y la autoayuda. Tenía en mis manos la suma y sustancia de lo que un pueblo libre y democrático consideraba las claves de una vida exitosa.
Mi estudio me llevó a rastrear doscientos años de escritos sobre el éxito, y en su contenido advertí la aparición de una pauta sorprendente. A causa de mi propio y profundo dolor, y de dolores análogos que había visto en las vidas y relaciones de muchas personas con las que había trabajado a lo largo de los años, empecé a sentir cada vez más que gran parte de la literatura sobre el éxito de los últimos cincuenta años era superficial.
Estaba llena de obsesión por la imagen, las técnicas y los arreglos transitorios de tipo social (parches y aspirinas sociales) para solucionar problemas agudos (que a veces incluso parecían solucionar temporalmente) pero dejaban intactos los problemas crónicos subyacentes, que empeoraban y reaparecían una y otra vez.
En total contraste, casi todos los libros de más o menos los primeros ciento cincuenta años se centraban en lo que podría denominarse la «ética del carácter» como cimiento del éxito: en cosas tales como la integridad, la humildad, la fidelidad, la mesura, el valor, la justicia, la paciencia, el esfuerzo, la simplicidad, la modestia y la «regla de oro». La autobiografía de Benjamín Franklin es representativa de esa literatura. Se trata, básicamente, de la descripción de los esfuerzos de un hombre tendentes a integrar profundamente en su naturaleza ciertos principios y hábitos.
La ética del carácter enseñaba que existen principios básicos para vivir con efectividad, y que las personas sólo pueden experimentar un verdadero éxito y una felicidad duradera cuando aprenden esos principios y los integran en su carácter básico.
Pero poco después de la Primera Guerra Mundial la concepción básica del éxito pasó de la ética del carácter a lo que podría llamarse la «ética de la personalidad». El éxito pasó a ser más una función de la personalidad, de la imagen pública, de las actitudes y las conductas, habilidades y técnicas que hacen funcionar los procesos de la interacción humana. La ética de la personalidad, en lo esencial, tomó dos sendas: una, la de las técnicas de relaciones públicas y humanas, y otra, la actitud mental positiva (AMP). Algo de esta filosofía se expresaba en máximas inspiradoras y a veces válidas, como por ejemplo «Tu actitud determina tu altitud», «La sonrisa hace más amigos que el entrecejo fruncido» y «La mente humana puede lograr todo lo que concibe y cree».
Otras partes del enfoque basado en la personalidad eran claramente manipuladoras, incluso falaces; animaban a usar ciertas técnicas para conseguir gustar a las demás personas, o a fingir interés por los intereses de los otros para obtener de ellos lo que
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