Los 80 años de Gabriel García Márquez.
Enviado por lyarez • 19 de Octubre de 2016 • Ensayo • 1.155 Palabras (5 Páginas) • 246 Visitas
Los 80 años de Gabriel García Márquez
El 6 de marzo de 1927 nació, en el desde 1982 internacionalmente conocido pueblito de Aracataca, el escritor colombiano Gabriel García Márquez. Gabo para sus amigos, ergo, para todos aquellos que nos hemos deleitado con sus maravillosas ficciones. Eso es lo primero que tengo que citar en este por cierto insignificante pero muy sincero homenaje: la amistad que siento me une con Gabo gracias a su obra por lo cual me permito llamarlo así, como millones de lectores, como todos los latinoamericanos que lo conocemos y queremos tanto. Esta amistad, les cuento, tiene mucho más de una década oficialmente, pero sin duda alguna empezó a cimentarse desde mi infancia, hace veinticinco años por lo menos, cuando, curioso y entrometido, me puse a rebuscar entre la colección de libros de mi madre encontrando una edición ilustrada de sus cuentos agrupados bajo el nombre de OJOS DE PERRO AZUL. Abrir ese libro y leer “Nabo el negro que hizo esperar a los ángeles” fue sin duda toda una revelación para mí, fue el presagio de lo que mucho años después descubriría en esas mis felices horas robadas a mis estudios de derecho cuando cursaba la universidad. Así, nuestra amistad se enraizó definitivamente al leer “Relatos de un naufrago” genial relato corto que se basó en una serie de crónicas periodísticas hechas por encargo y por casualidad (como tantos hechos en la vida de los escritores) en sus años de joven periodista en el diario “El Espectador” de Bogotá. Fue aquel el momento desde el cual comencé a interesarme por completo en sus libros.
Así busqué y descubrí “Cien años de Soledad” y puedo decir que mi vida y mi destino definitivamente cambiaron. Esa novela junto a “Conversación en La Catedral” de Mario Vargas Llosa fueron las novelas claves, fueron las que me hicieron dar cuenta que irremediablemente lo mío artística y creativamente hablando era la literatura por lo que comencé desde entonces a trazarme como anhelo de vida el ser un escritor. Esta su obra cumbre, escrita en 1967 y por tanto copartícipe del boom latinoamericano de aquel entonces, fue conocida mundialmente cuando se le otorgó el Nóbel en 1982. Por ello la referencia de lo conocido que es ahora mundialmente su pueblito natal. De sus recuerdos infantiles nacen novelas como “La Hojarasca” y “Los funerales de la mamá grande” ambos anuncios previos de lo que escribiría en el relato maravilloso de Macondo y la familia Buendía. Luego llegarían “El general no tiene quien le escriba” “El otoño del patriarca” “Crónica de una muerte anunciada” “El general en su laberinto” y sobretodo “El amor en los tiempos del cólera” (para Alonso Cueto, prestigioso narrador nacional de nuestros tiempos la mejor historia de amor jamás escrita) obras todas que nos subyugaron sumergiéndonos dentro del universo personal y único de Gabo, ese mundo lleno de laberintos, alucinaciones, fantasías y sueños tan hermosos. Sus últimas obras “Vivir para contarlo” y “Memoria de mis putas tristes” nos han confirmado una vez más el perfecto manejo y ejercicio literario aplicados por un genio de las letras universales, un genio que ha llegado a los ochenta años de fructífera vida y por supuesto obra.
Periodista, viajero incansable, discutido simpatizante de la doctrina comunista (célebre a raíz de ello la leyenda del nacimiento de su enemistad irreconciliable con Vargas Llosa, enemistad que motivó inclusive el célebre puñetazo que este le propinara en el ojo izquierdo en México el año 1976), escritor, ensayista y termómetro cultural e intelectual de nuestros tiempos, Gabo esta de cumpleaños. Y las razones sobran para festejar su obra para lo cual sugiero, permítanme esa atribución, sentarnos por unas horas para, tomando cualquier libro de su autoría, deleitarnos al entrar en ese fascinante mundo de ficción y magia producidos por su pluma magistral; ese será sin duda un regalo compartido ya que leyéndolo saludaremos al artista a la vez que nos regalaremos admirando su narrativa incomparable.
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