Los Diez Mandamientos Del Abogado

Los diez mandamientos del abogado son; los pasos o normas por las cuales se adquiere diversos puntos necesarios para poder ser una mejor persona en la profesión de la abogacía o tener dignidad propia, ya que nos trasmiten y nos cuestiona las formas de fomentar el trascurso de cada sustento del perfil del mismo abogado, por lo que este se encuentra en la vida diaria dando auxilios a las personas o clientes que buscan su ayuda como conocedor del derecho, de las materias que se trasmiten en cada uno de los códigos del país.

Estos mandamientos no solo crean la dignidad del abogado, si no también lo clasifican en una jerarquía, y lo ordenan al mismo tiempo en ciertos niveles que lo hacen tener conciencia moral, y ajustar sus propias visiones humanas.

Pero la abogacía, y su ejercicio van cambiando constantemente a través de la experiencia histórica que se va obteniendo con el paso del tiempo, así como las necesidades que van cambiando en relación a las normas, leyes, tratados, etc. que van a regir al ser humano en la sociedad dónde se desenvuelven.

Los mandamientos se van aplicando de acuerdo al tiempo, y a las necesidades de cada lugar para que el mismo abogado, tenga por consideración su dignidad, con respecto a su moral, y a su conocimiento a la aplicación del derecho en su actualidad. Por lo tanto, la abogacía debe de tener cada principio personal y otros valores que fomentan el equilibrio y satisfacción de la profesión del abogado.

De tal manera, se dice que es dónde el abogado se desarrolla y se guía para obtener sus reglas, o sus propios atributos que lo rigen como conocedor de derechos, ya que debe de refugiarse y dirigirse más a los hechos expuestos por los clientes de forma lógica y comprensible, concurrente a las leyes actuales o a las jurisprudencias, con acuerdo a las publicaciones actúales; así como lo es también, desde el punto de vista de lo real y lo ideal, entre la libertad de defender y la libertad de la autoridad de dictar sus propias interpretaciones con forme a derecho y apegado a las normas que nos rigen. Es así que el abogado puede desactivar o mantener problemas.

El abogado se trasformara constantemente debido al conocimiento que va adquiriendo atreves de seguir en sus estudios, pero si no sigue los estudios, será cada día menos abogado y se perderá en el camino del conocimiento, y del arte del saber, por lo que le generara que no tenga las herramientas necesarias para proteger al cliente o a su propia persona misma.

A continuación se explica cada uno de los mandamientos los cuales son:

1. Estudia

“El derecho se trasforma constantemente. Si no sigues sus pasos, serás cada día un poco menos abogado.”

El derecho es una disciplina o norma que regula a las personas que han cometido faltas a la ley o que se deslindad de las normas sociales y las penas, las cuales son aplicadas y están estipuladas en nuestras leyes que rigen al individuo.

El autor en este primer mandamiento define que las leyes cambian, y que son modificadas con el paso del tiempo; de acuerdo a las necesidades de la sociedad siguiendo así sus pasos para que con ello seamos abogados altamente competitivos en un futuro; actualizando siempre nuestros conocimientos para interpretar las leyes, o poder tener la suficiente capacidad de asesorar a aquellas personas que no tienen el conocimiento de sus derechos, de sus atribuciones vulneradas de las leyes que nos rigen, además de aplicar los conocimientos dentro de un juicio para lograr mejores resultados basados siempre en leyes que nos rigen actualmente para no llegar a cometer el error de utilizar leyes derogadas, sin fundamento legal alguno.

El autor predica que la abogacía se aprende con sacrificio, con esmero y dedicación, porque cada ley nos enseña con un propósito de abrir el camino a un campo de conocimiento específico y concurrente a la actualidad del derecho, tan es así que, debemos de tener en cuenta el estudio para interpretar las leyes y sean menos difíciles pero nunca imposibles, siempre y cuando uno adquiera mayor conocimiento y se prepare día con día.

2. Piensa.

“El derecho se aprende estudiando, pero se ejerce pensando.”

Por lo que entendemos primeramente, es que el pensar es una capacidad de razonamiento que cada ser humano posee y tiene la capacidad por naturaleza, y que nos ayuda a analizar detalladamente una situación compleja dentro de los roles de la sociedad o de nuestros propios pensares personales.

Es así que en el mundo de los abogados, el pensar es un elemento esencial que nos permite analizar y razonar un problema o mejor dicho un supuesto, para no tomar decisiones de forma errónea o por simple analogía personal que nos provoque realizar y aplicar el derecho sin pensar; y sin duda alguna nos llevara a una aplicación inadecuada de la norma jurídica que nos rige y que nos mantiene controlados.

El derecho es una disciplina demasiado compleja porque se aprende estudiando las normas jurídicas que son aplicables a nuestros conocimientos, que nos permitirán una aplicación de leyes de la norma jurídica de nuestro pensamiento razonable.

3. Trabaja.

“La abogacía es un ardua fatiga puesta al servicio de la justicia.”

El autor manifiesta que debemos trabajar porque es una muy difícil jornada de labor, en el que la inteligencia del abogado es una habilidad que diariamente la encuentra por las normas que rigen sus sistemas que se encuentran en su propia sociedad donde se desenvuelven las diversas situaciones sociales, las cuales hacen que el abogado se enfrente a un reto diario en el ejercicio de las actividades laborales muy difíciles a su profesión.

4. Lucha

“Tu deber es luchar por el derecho; pero el día que encuentres en conflicto el derecho con la justicia, lucha por la justicia.”

El luchar es nuestro deber cotidiano,

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