Los Juegos Olimpicos
Enviado por deffl • 12 de Diciembre de 2012 • 2.044 Palabras (9 Páginas) • 515 Visitas
Los Juegos Olimpicos.
Trabajo Práctico de Educación Física.
Alumna: Delfina Ferrari
Curso: 5to Año
Los Juegos Olímpicos Modernos fueron creados por Pierre de Coubertin, el principal impulsor de la Educación Física en Francia, quien quería recuperar los ideales deportivos de la Grecia Clásica. La Primera Olimpíada de los Juegos Modernos tuvo lugar en 1896 en Atenas, Grecia. Desde 1936, diversos atletas se relevan para transportar la antorcha olímpica encendida en Grecia, hasta el estadio donde se celebran los Juegos. Allí permanece encendida durante todo el transcurso de los mismos. Pueden participar solamente deportistas aficionados.
Biografía de Pierre de Coubertin.
Nació como Pierre de Frédy. Se mudó a Inglaterra para perfeccionar sus estudios, donde conoce la doctrina del cristianismo muscular: la búsqueda de la perfección espiritual por medio del deporte y la higiene.
Comienza a divulgar estos métodos por toda Francia: Crea sociedades atléticas en los institutos que se asocian en la Unión de los Deportes Atléticos (Union des Sports Athlétiques). Funda la primera revista dedicada al deporte: la Revue Athlétique, logrando que el gobierno francés acceda a incluirla en sus programas de la Exposición Universal de 1889.
El ministro de educación le envía a los Estados Unidos para que continúe su investigación sobre los métodos de enseñanza. El deporte comenzó a ser tomado en serio. De ser practicado por minorías o en el colegio, pasa a estar de moda y despertar entusiasmo.
Pierre comienza a soñar con unir en una extraordinaria competición a los deportistas de todo el mundo, bajo el signo de la unión y la hermandad, sin ánimo de lucro y sólo por el deseo de conseguir la gloria, competir por competir, como dice la frase de Ethelbert Talbot “Lo importante no es vencer, sino participar”, frase mal atribuida a Pierre de Coubertin. La idea de Coubertin parecía insensata y chocó con mucha incomprensión.
Intentando convencer a todos, viajó por todo el mundo hablando de paz, comprensión entre los hombres y de unión, mezclándolo todo con la palabra Deporte. Al fin, en la última sesión del Congreso Internacional de Educación Física que se celebró en la Sorbona de París, el 26 de junio de 1894, se decide instituir los Juegos Olímpicos.
En Inglaterra, esta idea no es bien recibida y la opinión pública decide quedar al margen. Alemania reaccionó intentando boicotear los juegos. Grecia se opone, y su jefe de gobierno, Tricoupis, quiso impedir su realización, pues aquel lío salía muy caro a su país.
Coubertin consiguió que el príncipe heredero de Grecia, el Duque de Esparta, intercediera ante el káiser Guillermo, emperador de Alemania cuñado suyo, convenciendo a los ingleses y a su propio Gobierno. El príncipe consigue que se emita una serie de sellos conmemorativos para conseguir el dinero para los juegos. Además crea una suscripción pública con tan buenos resultados que consigue que Jorge Averof, un rico de Alejandría, corra con los gastos de la reconstrucción del estadio de Atenas.
El 24 de marzo de 1896, día de Pascua de Resurrección, el Duque de Esparta, tras un discurso, descubre la estatua del mecenas Jorge Averof. El rey Jorge de Grecia pronuncia por primera vez las palabras rituales:
Declaro abierto los Primeros Juegos Olímpicos Internacionales de Atenas bajo el lema: “Lo escencial en la vida no es vencer, sino luchar bien.”
Pero... ¿A qué se lo considera un “Juego”?
Los Juegos son una fiesta de la juventud universal con un claro mensaje de paz y confraternidad entre los pueblos. Se convierten en la reunión más amplia de las cualidades nacionales del planeta en que vivimos.
Al menos así lo vio Coubertín al expresar: La restauración de los Juegos Olímpicos en consonancia con las exigencias de la vida contemporánea, permitirá reunir cada cuatro años a representantes de todas las naciones del mundo, y creemos que esta lucha pacífica y etica creará el mejor internacionalismo.
¿Cómo fue su surguimiento?
Habría obligatoriamente que citar al Barón, que además de un gran amante del deporte, buen diplomático y culto filosofo, fue un ferviente admirador del mundo griego y un hombre de un alto sentido del respeto por la historia, de la cual dijo: sin ella nada es comparable ni explicable.
A Olimpia, Grecia, le corresponde el alto honor de haber sembrado la semilla. Allí se celebraron los primeros Juegos, que los historiadores han nombrado como Juegos Olímpicos Antiguos (JOA), que a su vez tuvieron sus antecedentes en otras reuniones atléticas en la misma nación como fueron los Juegos Nemeos, en la ciudad de Nemea, que por las condiciones del clima, podrían verse hoy como los primeros precedentes de los actuales Juegos Olímpicos de Invierno; los Píticos, que básicamente eran competencias de atletismo, en la ciudad de Delfos, o los Panateneos, en honor de la diosa Ateneas.
Pero los de Olimpia reunieron a toda la Grecia antigua en una fiesta capaz de detener las cruentas batallas entre las ciudades estados del mundo helénico. Ese fue su gran mérito. Los Juegos tenían una duración de cinco días, para los cuales se decretaba una tregua sagrada, que nunca fue violada.
Desde el año 776 antes de nuestra era (A. N. E.) hasta el 393 después de nuestra era (D. N. E.) fueron celebrados 291 ediciones de aquellos Juegos, 194 A. N. E, y 97 D. N. E., sin interrupciones, algo que contrasta con este mundo moderno, que en pleno siglo XX fue testigo de dos Guerras Mundiales que frustraron las celebraciones de las citas de Berlín-1916, Tokio-1940 y Londres-1944.
¿Por qué fue Grecia la pionera?
Una alta valoración por la cultura física, expresada en su misma infraestructura social, que tenía en la Palestra, Gimnasio, Hipódromo y Estadio, parte de las principales instalaciones de la vida griega, conducen a la respuesta.
En la Grecia antigua, los más prestigiosos militares, literatos, intelectuales o escultores pasaban el atardecer cultivando sus músculos en aquellos gimnasios, que de hecho por su composición tenían un carácter clasista, pues solo admitía a los ciudadanos puros, es decir, los Jonios, en Atenas, y los Dorios, en Esparta, por ejemplo. Ni siquiera la llamada clase media, Periecos o Metecos, tenían acceso a esas instalaciones.
De alguna manera tiene que haber incidido también las condiciones de guerra entre las ciudades, si se tiene en cuenta que los Juegos detenían las confrontaciones. En el mismo sentido no se podría descartar la incidencia de los atributos físicos que fueron curtiéndose, tanto por la importancia de la cultura física, como en el mismo fragor de las batallas.
Pero lo cierto es que los
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