Los maestros formados bajo un sistema
Enviado por daos53 • 28 de Enero de 2013 • Trabajo • 2.963 Palabras (12 Páginas) • 379 Visitas
Introducción
El hombre generalmente destina gran parte de su tiempo a ejercer una actividad laboral, con cuyo ejercicio suele ganarse el sustento económico. Dicha actividad esta condicionada con lineamientos o normas, que deben ser cumplidas si buscan la estabilidad y permanencia en el espacio de trabajo.
Los maestros formados bajo un sistema
individualista, carecen de fundamentos teóricos y metodológicos en el estudio y el trabajo, por tal motivo durante sus estudios de licenciatura solo les preocupa el avance personal en sus distintas facetas (económico, prestigio), y no en la preparación para la vida, viviendo en una catástrofe silenciosa de la educación.
Avalos (2011, p.1) considera la formación docente como un objetivo fundamental, con sus numerosas iniciativas, patrocinadas por organizaciones gubernamentales y no gubernamentales, se centran en el desarrollo profesional de los maestros en actividad.
Pretendemos transmitir la inquietud por valorar la formación profesional que acontece a nuestros maestros, debido a que generalmente observamos en Latapi (2003), Avalos(2002), Kane (2002) y otros que estudian el para qué, en oposición al qué y cómo se forman los maestros.
Formación personal.
El origen social de los docentes dan pie a pensar que todo esta muy bien planeado, para que el sistema globalizado sepa que tipo de maestros estarán formándose en las instituciones escolares. Generalmente los maestros provenimos de familias cuyo recursos económicos apenas son suficientes para satisfacer sus condiciones de vida, como vivienda, alimentación, salud, escolaridad; y al hacer trabajo de docencia se convierten en obreros que reproducen el modelo de alumnos y alumnas que desean formar, como fueron formados formaran en el futuro.
“es decir que los educadores radicales se han quedado empantanados en un lenguaje que vincula a las
escuelas primordialmente con el discurso y las relaciones sociales de la dominación. Desde esta perspectiva, las escuelas sólo sirven como agencias de reproducción social que producen trabajadores obedientes al estado” (Giroux, y McLaren.1992. p.13)
De tal manera que, algunas características que identifican al magisterio son las que a continuación describimos; primeramente la lectura, de ninguna manera es una cualidad de los maestros, la televisión es medio único de información, y están ligados íntimamente a creencias religiosas, entonces podríamos considerarla la persona indicada para el sistema educativo; entre otras particularidades que lo condicionan es el poco acervo cultural, no conocemos de pintura, música, literatura, etc., tiene una visión cerrada y poco crítica de las situaciones de su entorno inmediato y general; en lo que cree y vive, con el conocimiento científico existe un gran abismo. Generalmente los profesores son rechazados de universidades y se cobijan en el magisterio, por lo que su desempeño es deficiente, y aunado a ello la escuela formadora no ofrece insumos que propicien el desarrollo intelectual durante la formación del nuevo docente, esto provoca que su potencial disminuya enormemente, además el plan de estudios tiene un enfoque sobre bases en la praxis y no en conocimientos científicos teóricos.
A pesar de lo descrito anteriormente el sistema educativo reconoce que “en la actualidad los maestros son reconocidos como profesionales: personas expertas en la enseñanza
y el aprendizaje que desarrollan conocimientos nuevos involucrándose en iniciativas de investigación” (Villegas, 2003.p.54)
Sin embargo el sistema de formación docente ofrece mucha comodidad para cursar y ser maestro de educación básica, la seguridad económica que brinda es reflejada en el poco interés por el estudio científico, entran en una especie de hipnosis del pensamiento critico, adormece su capacidad crítica y en el peor de los casos la desaparece; el tener resuelta la vida económicamente los desvincula del compromiso sobre la formación de los educandos. Otro factor determinante, el legado familiar cultural, cuando alguien del contexto familiar invita bajo supuestas condiciones favorables al ser maestro, o la construcción social que él mismo forma por herencia cultural, considerándolo el trabajo cómodo que implica ser maestro.
Al parecer la ley es puntual al indicar que determinará los planes y programas de estudio de la educación básica (preescolar, primaria y secundaria) y normal, con el único fin de quienes forman y los que son formados tengan las mismas características, y de alguna manera homogenizar socialmente el tipo de individuos que se están formando, la mayoría ha pasado varios años de su vida en las escuelas, y estos mismos llegan a ser tiempo después los que también formen como los formaron.
La naturaleza del compromiso del docente con la educación depende de cómo entiende la enseñanza y de su percepción de lo que significa ser maestro. Cuando los futuros maestros ingresan
en los cursos de formación pedagógica, su socialización como docentes está ya bien cimentada; han desarrollado un sistema de valores, compromisos, orientaciones y prácticas acerca de su profesión, la enseñanza, los alumnos y el aula. Cada uno de ellos ha cumplido su aprendizaje de observación.
“la formación del docente no se limita a actividades destinadas a preparar a las personas para sacar adelante un plan de estudios y obtener resultados concretos de aprendizaje, sino que también debe favorecer la comprensión del ámbito social y cultural más amplio en el que los maestros y profesores actúan” (Avalos, 2002. p.6)
El hecho de que las opiniones e ideas preconcebidas de los alumnos-profesores resulten de su socialización como estudiantes no es algo inesperado o problemático. Pero el carácter persistente de tales creencias y prejuicios, consolidados en buena medida sin una comprensión de los principios y teorías pedagógicas, ni una apreciación del papel del docente y de las finalidades de la educación, plantea serios problemas a los formadores de maestros y los que están en formación. Normalmente, los estudiantes que ingresan a los establecimientos de formación pedagógica esperan aprender a enseñar del mismo modo en que les enseñaron a ellos. Esperan que sus futuros alumnos aprendan como ellos mismos aprendieron en las instituciones anteriores y en cursos de enseñanza superior.
“Esta nueva perspectiva del maestro y de su profesión ha tenido un importante impacto positivo en las creencias
y las practicas de los docentes, en el aprendizaje de los alumnos y en la implementación de las reformas educacionales” (Arnaut, 2004. P. 15 )
Por tanto, es indispensable generar condiciones para el desarrollo profesional del maestro, entendido como un proceso formativo que pasa por
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