Luis Leyva Duarte: El Taxi
Enviado por duartefloreria • 17 de Diciembre de 2013 • Informe • 411 Palabras (2 Páginas) • 336 Visitas
El Taxi
El flamante auto compacto blanco corría a toda velocidad por aquella calle adoquinada en una de las colonias más antiguas de la ciudad, en una tarde soleada de verano, tenía que llevar a su galante pasajero a su cita de amor.
Era tan singular éste taxi que al verlo correr todos los paseantes lo miraban entusiasmados por sus franjas color fucsia en los lados, y era de esperarse ya que su conductor vestía un traje del mismo color de las franjas del vehículo. Era un vehículo muy rápido, con llantas nuevas y frenos muy buenos, un timbre que sonaba muy fuerte, luces para correr por la noche, asientos muy cómodos, aire acondicionado y un súper estéreo con computadora; y hasta podía hablar.
Éste hermoso carro no sabía caminar por sí solo, intentaba avanzar pero no podía, sabía que para correr había que mover los pedales no muy rápido, pero cada vez que quería llegar hacia algún lado él lo intentaba pero no conseguía moverse del lugar donde estaba; en una ocasión se encontraba en el parque bajo un árbol, vio pasar a otro taxi a toda velocidad y se le quedo mirando para ver cómo era que corría tanto y en cambio él no podía correr; se dio cuenta que para poder correr hacia falta que unos pies y unas manos lo condujeran para poder correr y avanzar tan rápido.
El taxi se puso a buscar unos pies y manos, fue mirando y mirando hasta que vio unos pies que pasaron por ahí, entonces vio que no estaban solos, los pies estaban pegados a unas piernas y aquellos pies y aquellas piernas estaban pegadas a un hombre. Así pues El Taxi, le dijo al hombre. –Hombre: ¿te puedes quitar los pies, y me los prestas para poder manejar un rato? Y el hombre contestó: ¡No me puedo quitar los pies! ¡Siempre los llevo conmigo! ¡Pero si quieres voy contigo a pasear un rato! El hombre se subió al taxi y empezó a manejar y a correr y desde entonces no hay ningún taxi que funcione solo, siempre se necesita un hombre y una mujer para poder manejarlo.
Luis Leyva Duarte
...