Lurigancho

LURIGANCHO, CARCEL O INFIERNO

Si bien es cierto la cárceles son una de las crudas realidades en el q vive mucha gente y en la q nadie quisiera esta, son espacios de alta seguridad, donde se retienen a sujetos peligrosos que han quebrantado el orden y la tranquilidad social, cuya finalidad es la reinserción social. En nuestra realidad penitenciaria todo esto, es una utopía, lamentablemente en nuestro país, el control carcelario no cumple con las normas rectoras del código de ejecución penal. Muestra de ello es el Penal de Lurigancho, conocido internacionalmente como el “penal más peligroso del mundo”, donde predomina la violencia la agresividad, el hacinamiento, la drogadicción y prostitución, enfrentamientos entre pabellones para conseguir comida o un pedazo de pan; entre otros. El problema radica es que en nuestro país, el orden carcelario es uno de los sistemas más violados e incumplidos. No cuentan con personal preparado y capacitado en materia penitenciaria, predomina el desconocimiento de las leyes y por ello el atropello de los derechos humanos, no se les considera que son seres humanos que tienen vigentes sus demás derechos. Es indignante observar la forma en que viven los internos del penal de Lurigancho, hacinados en un submundo, en pésimas condiciones de infraestructura, privados del respeto a su condición humana, carentes de una alimentación adecuada e ínfimas condiciones de salud e higiene. Es injusto que no se haga nada al respecto por reformar nuestro sistema penitenciario. Debería existir la intervención de un sistema fiscalizador para que dirija y controle el funcionamiento de las cárceles y junto a ello la creación de una policía penitenciaria especializada en seguridad, el cual debe estar entrenado y capacitado profesionalmente. Por otro lado el Estado debe invertir en la construcción de otros establecimientos penitenciarios y con ello la reubicación de internos para disminuir el hacinamiento. Es importante además que los penales ofrezcan un ambiente agradable de convivencia en donde prevalezca el orden y el trato especial por el interno, ya que son los individuos más vulnerables de la sociedad. Debe existir una norma donde se establezca un estricto control por el cumplimiento hacia el respeto de los derechos básicos del hombre como a la vida, salud y alimentación. Por ello es recomendable que haya incentivación de programas de prevención contra enfermedades físicas y psicológicas. Sin un tratamiento adecuado a la salud mental, la prisión puede generar problemas de desidentificación personal y estados de privación emocional y sexual que pueden desestructurar la personalidad del preso. Porque el objetivo de los centros penitenciarios es reinsertar nuevamente al interno, rehabilitado en todos sus aspectos para que esté preparado para enfrentarse a la sociedad y ser un individuo útil.

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