Música en la Cultura Física

Música en la Cultura Física

Durante cada momento de nuestras vidas, nosotros llegamos a escuchar aunque sea un mínimo tipo de ritmo donde puede hacernos movernos de alguna forma desde pequeños, en el ámbito de la cultura física, la música puede ayudarnos en todo momento a la hora de hacer un ejercicio físico, donde nos da una mejoría a la hora de hacerlo, conteniendo para no bajar el ritmo, es decir, reduce la fatiga en ejercicios entre baja y media intensidad, al igual que apoya para poder empezar de nuevo o hasta para calmar luego de terminar el ejercicio dado, por otro lado al usar escuchar música las personas al sincronizarse a la música puede hacer mejorar el rendimiento de la persona ya que mantiene una regulación de los movimiento y una acción más duradera ante los ejercicio, más que todo en ciclistas, carreras, entre otros, puede ayudar también a la mejoría de habilidades motrices, donde cuyo caso puede ser que una letra de una canción bien seleccionada puede reforzar aspectos de una técnica deportiva, todo esto es beneficioso mientras se tome en cuenta el tipo de actividad a hacer y claramente al tipo de música a escuchar y su intensidad.

Sin embargo para saber de esto, hay que saber quién creo las denominadas notas musicales, Guido D’Arezzo un monje italiano y un figura musical de la Edad Media, durante sus estudios en pomposa intento crear una enseñanza musical mediante un sistema científico, sin embargo debido a la oposición de los monjes a su innovación, tuvo que abandonar el monasterio, sin embargo luego fue nombrado maestro en la especialidad de arte vocal dentro de una escuela en Arezzo, su progresión fue a tal que la población académica había experimentado el método científico de enseñanza creado por el, donde tuvo la oportunidad de crear diferentes obras representativas, este le pondría nombre a los sonidos tomando en cuenta en un himno que se cantaba para que el santo los protegiera de todo mal, donde este himno se cantaba cada vez de una forma más aguda. Entonces tomó la primera sílaba de cada uno de los versos para nombrar a las notas: UT (donde con el tiempo se cambió a Do), Re, Mi, Fa, Sol, La, Si

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