Macroeconomia
Enviado por luisroquesa • 2 de Septiembre de 2012 • 988 Palabras (4 Páginas) • 298 Visitas
Los Bancos Centrales no pueden sustituir a los políticos incompetentes; pero pueden hacer más para apoyar a sus débiles economías.
POR casi media década el banco central más grande del mundo ha sido un paramédico energético para las economías débiles. Tanto en el 2007 como en el 2008 y más recientemente con la crisis del euro, éstas previnieron el colapso financiero bombardeando a los bancos con liquidez de emergencia. Y éstos han actuado en reiteradas ocasiones para apoyar la demanda, primero acortando las tasas de interés a corto plazo y en efecto cuando estas tasas llegan a cero con más medicina experimental como por ejemplo: “flexibilización cuantitativa” (imprimiendo dinero para comprar bonos con la finalidad de eliminar los costes por intereses a largo plazo).
Por un momento la medicina parecía funcionar. Se alejó la deflación y las recuperaciones tomaron fuerza. Pero conforme la regresión de las economías y el rendimiento de los bonos a largo plazo registraba bajas se llevaba a cabo una fuerte discusión respecto a si el banco central estaba haciendo lo correcto.
Un grupo dirigido por algunos destacados economistas sostenían que los bancos centrales no estaban haciendo lo suficiente. Estos activistas académicos querían que ellos adopten medidas más audaces para impulsar la demanda como por ejemplo: dirigida temporalmente a la alta inflación (que reduciría costes reales por intereses y motivaría a gastar más) o usar monedas recién acuñadas para comprar un mayor rango de activos como por ejemplo: los bonos corporativos. Ellos frecuentemente mencionaban el trabajo de Ben Bernanke, presidente de la Reserva Federal (foto de la izquierda): como un académico hace una década, el Sr. Bernanke le imploró al Banco de Japón ser más audaz.
El otro grupo, conformado por varios banqueros centrales instaban a tener cautela. El Sr. Bernanke ahora se preocupaba públicamente por las distorsiones económicas creadas a grande escala por la compra de bonos de la Reserva Federal. En el período previo aún no se había realizado ni rotó una cumbre Europea el 28 y 29 de junio, Mario Draghi el presidente del Banco Central Europeo (foto de la derecha), había dejado claro que el Banco Central Europeo no debería y no llenaría el vacío dejado por las fallas de los políticos europeos. En un informe publicado el 24 de junio el Banco de Pagos Internacionales (BPI), los banqueros del banco central sostenían que los bancos centrales se estaban “sobrecargando” y que la “extraordinaria persistencia” de las políticas de pérdida monetaria se estaba volviendo cada vez más peligrosas. (Véase el artículo).
¿Quién está en lo correcto? Críticas del activismo del Banco Central particularmente del BPI les preocupaba que la pérdida monetaria se haya convertido en una muleta que les permita a los gobiernos postergar decisiones difíciles como por ejemplo: la reestructuración de sus bancos o clasificar sus propias finanzas a medio plazo. Hasta cierto punto es cierto. Sin duda, el dinero barato del Banco Central ha mantenido a algunos bancos quebrados y han mantenido a sus clientes a flote. Lo que le ha permitido a
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