Marcuse deja hablar continuamente a Freud
Enviado por Dulce Moreno Espiinoza • 23 de Noviembre de 2017 • Ensayo • 2.712 Palabras (11 Páginas) • 183 Visitas
Marcuse deja hablar continuamente a Freud, para mostrar cómo la realidad externa que constituye para el Yo la ley suprema (principio de la realidad) ha impuesto al hombre una dependencia y un dominio incompatibles con su libertad. Por eso, la historia del hombre es la historia de su represión. La cultura impone constricciones no sólo a la existencia humana en la sociedad, sino también a su existencia biológica y a la misma estructura de los instintos. La civilización comienza cuando se ha renunciado eficazmente al objetivo primario: a la satisfacción integral de los deseos por lo que al hombre se refiere a un mundo histórico‑social, que «influye en las estructuras psíquicas por medio de instituciones sociales específicas y hace que el hombre animal se haga un ser humano en virtud de una transformación fundamental de su naturaleza. Este salto de naturaleza viene postulado sin más, en virtud de un evolucionismo materialista al que no es ajeno el componente dialéctico. Tambien que los relativos a las metas de los instintos y a los 'valores' de éstos, es decir, a los principios que gobiernan la consecución de esas metas instintivas. En otros términos: la civilización hace que el principio del placer del que depende directamente el Eros que busca una satisfacción inmediata, y ausencia de represión sea subyugado y sofocado por el principio de la realidad que impone una satisfacción diferida del placer y una fatiga unida al trabajo, imprescindible para subvenir a la producción de bienes necesarios a la vida. Igual bajo el principio de la realidad, el ser humano desarrolla la función, de la razón adquieren significado en función del principio del placer: es bueno o malo lo que produce o impide la satisfacción del placer entendido siempre en la esfera puramente sensitiva. Además, como veremos en la Valoración crítica, esa función racional es curiosa y gratuitamente hipostasiada con el principio del placer, como algo análogo a la unión de lo diverso que realiza el Eros en la esfera sensual. En ese sometimiento al principio de la realidad, se alzan inexpugnables dos reductos del aparato psíquico: la fantasía, que permanece libre de ese dominio... y queda ligada al principio del placer, y el subconsciente que custodia los objetivos de este derrotado principio.
CAPITULO II EL ORIGEN DEL HOMBRE REPRIMIDO
En el segundo capitulo nos habla sobre dos temas principales vienen ahora analizados: la estructura del aparato psíquico, como dice Freud refiriéndose al hombre; y las modificaciones de los instintos que se operan en el ámbito del trabajo.
El aparato psíquico aparece como unión dinámica de opuestos: de estructuras inconscientes y conscientes; de fuerzas heredadas fijadas constitutivamente, y de fuerzas adquiridas; de soma‑psique y de realidad externa. Ese dualismo dinámico está centrado prevalentemente sobre dos instintos: el instinto de vida o de placer (Eros) y el instinto de muerte (Thanatos). En un principio los concibió Freud como antagonistas, operando en el subconsciente; pero su tesis de la tendencia regresiva o conservadora de toda la vida instintiva parece anular esa dualidad antagonista. En otras palabras: la satisfacción completa del instinto de placer tendería a reproducir un estado del organismo anterior a la vida misma quietud absoluta: los procesos primarios del aparato psíquico, en su lucha para obtener una satisfacción integral, parecen fatalmente ligados a la aspiración más universal de toda la sustancia viviente, precisamente a la tendencia a retornar a la quietud absoluta del mundo inorgánico. Los instintos caen así en la órbita de la muerte. Por eso, el principio del placer se presenta bajo la luz del principio del Nirvana, como una 'expresión' de este principio. Y el descenso hacia la muerte es una fuga inconsciente del dolor y del deseo.
Esencialmente los tres estratos a los que su visión reduccionista y simplificadora restringe la vida humana. El Ello (Id), reino del subconsciente, el más antiguo, vasto y fundamental, libre de las formas y principios que constituyen al individuo social consciente; el Ello no conoce ni valores, ni el bien o mal y tampoco la moralidad; no lucha por nada que no sea la satisfacción de sus deseos instintivos, de acuerdo con el principio del placer. El Ello se desarrolla gradualmente bajo la influencia del mundo externo, hasta hacerse Yo, que emerge así como mediador entre el Ello y el mundo externo; se adapta a la realidad externa y la modifica en función de los intereses del Ello. Viene a ser como un protector de éste, del que depende esencialmente y que ha sido producido por él. Finalmente, el tercer estrato es el Super‑Yo que tiene su origen en el largo período de dependencia del niño respecto a sus padres; esta influencia forma el núcleo esencial del Super‑Yo. Sucesivamente, un cierto número de influencias sociales y culturales se incluyen en el Super‑Yo, hasta que concentra en sí mismo la representación poderosa de la moralidad constituida.
CAPITULO III EL ORIGEN DE LA CIVILIZACION REPRESIVA (FILOGENESIS)
En el tercer capitulo nos dice que el hombre era considerado como pecador y que era muy dominante y gracias a ello era el que mandaba, por que si el padre podía mantener a los hijos tenia el poder sobre ellos y su mujer y como el podía procrear. Existían dos épocas: la patriarcal de los padres y la matriarcal de las madres. El matriarcado fue remplazado por una contra-evolucion patriarcal. Y se decía que la libertad es la base de la dominación.
También Freud aplica la psicología y en base a ello descubre las experiencias infantiles.
CAPITULO IV. LA DIALECTA Y LA CIVILIZACION
Tanatos reprimiendo esos impulsos sexuales para tener un equilibrio en la vida.
Ahora bien esa energía sexual (Eros) está relacionado al deseo de placer sexual y en el capítulo se define como el “Principio de Placer” que se expresa por ejemplo en: querer satisfacer las necesidades inmediatamente, sin ningún control, ósea con completa libertad; en el capítulo se menciona como ese principio de placer aspira a convertirse en lo que domine nuestra vida mental para así estar en un estado de satisfacción permanente, pero ese estado no es permitido por la sociedad o “Cultura” como es llamada en el texto porque al ser personas en continuo estado de satisfacción las energía siempre serian dirigidas a la relación sexual y por esto tendríamos un aumento de la población y las personas dejarían de preocuparse por trabajar. Por estas razones y por motivos económicos para que la sociedad no caiga en crisis por el uso incontrolado de esa satisfacción permanente (Eros) es que se prohíbe con Tanatos que es el instinto opositor de la vida.
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