Matematicás Y El Juego
Enviado por minipeke11 • 6 de Febrero de 2014 • 995 Palabras (4 Páginas) • 235 Visitas
JUEGOS
MATEMÁTICOS
EN LA
ENSEÑANZA
1. MATEMÁTICAS Y JUEGOS
¿Dónde termina el juego y dónde comienza la matemática seria? Una
pregunta capciosa que
admite múltiples respuesta
s. Para muc
hos de
los que
ven la matemática desde fuera, ésta, mortalmente aburrida, nada tiene que ver
con el juego. En cambio, para los más de
entre los matemáticos, la matemática
nunca deja totalmente de ser un juego, aunque además de ello pueda ser otras
muchas cosas.
El juego bueno, el que no depende de la fuerza o maña físicas, el juego que
tiene bien definidas sus reglas y que posee cierta riqueza de movimientos,
suele prestarse muy frecuentemente a un tipo de análisis intelectual cuyas
características son muy semejantes a las que presenta el desarrollo
matemático. Las diferentes partes de la matemática tienen sus piezas, los
objetos de los que se ocupa, bien determinados en su comportamiento mutuo a
través de las definiciones de la teoría. Las reglas válidas de manejo de estas
piezas son dadas por sus definiciones y por todos los procedimientos de
razonamiento admitidos como válidos en el campo. Cuando la teoría es
elemental, estos no son muchos ni muy complicados y se adquieren bien
pronto, lo cual no quiere decir que el juego sea trivial. Elemental quiere decir
cerca de los elementos iniciales y no necesariamente simple. Existen
problemas elementales desproporcionadamente complicados con respecto a su
enunciado. Un ejemplo lo constituye el problema de averiguar el mínimo de las
figuras en las que una aguja unitaria puede ser invertida en el plano por
movimientos continuos. Cuando la teoría no es elemental es generalmente
porque las reglas usuales del juego se han desarrollado extraordinariamente en
número y en complejidad y es necesario un intenso esfuerzo para hacerse con
ellas y emplearlas adecuadamente. Son herramientas muy poderosas que se
han ido elaborando, cada vez más sofisticadas, a lo largo de los siglos. Tal es,
por ejemplo, la teoría de la medida e integral de Lebesgue en el análisis
superior.
La matemática así concebida es un verdadero juego que presenta el mismo
tipo de estímulos y de actividad que se da en el resto de los juegos
intelectuales. Uno aprende las reglas, estudia las jugadas fundamentales,
experimentando en partidas sencillas, observa a fondo las partidas de los
grandes jugadores, sus mejores teoremas, tratando de asimilar sus
procedimientos para usarlos en condiciones parecidas, trata finalmente de
participar más activamente enfrentándose a los problemas nuevos que surgen
constantemente debido a la riqueza del juego, o a los problemas viejos aún
abiertos esperando que alguna idea feliz le lleve a ensamblar de modo original
y útil herramientas ya existentes o a crear alguna herramienta nueva que
conduzca a la solución del problema.
Por esto no es de extrañar en absoluto que muchos de los grandes
matemáticos de todos los tiempos hayan sido agudos observadores de los
juegos, participando muy activamente en ellos, y que muchas de sus
elucubraciones, precisamente por ese entreveramiento peculiar de juego y
matemática, que a veces los hace indiscernibles, hayan dado lugar a nuevos
...