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Material De Enfermeria


Enviado por   •  24 de Septiembre de 2011  •  9.719 Palabras (39 Páginas)  •  758 Visitas

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Esta técnica ha sido progresivamente abordada por Enfermería, y se puede realizar mediante dos técnicas, mediante angiocatéter:, es un tubo pequeño de plástico utilizado para administrar fluidos intravenosos, comúnmente conocido como IV. o con fiador metálicoes una aguja hiperhueca que se utiliza para fijar via iv conocida esta última como técnica de Sheldinger, que se describe a continuación.

1. Equipo estéril necesario: guantes, gasas, paños y betadine.

2. Cánula: en nuestra unidad utilizamos el set Leader Cath nº 20 de Vygon, compuesto por aguja, guía metálica flexible y catéter radiopaco.

3. Anestesia local, jeringa y aguja para la misma, bisturí y seda.

4. Manguito de presión, suero fisiológico al 0.9% de 500 cc en envase de plástico blando, heparina sódica, transductor, y cable de conexión al monitor.

PROCEDIMIENTO:

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Si el paciente está consciente le explicaremos la técnica, hecho lo cual procederemos a reunir todo el material necesario. Cuando lo tengamos preparado se desinfectará cuidadosamente la piel del paciente con povidona yodada al 10%.

La arteria a canalizar estará en función del estado general del paciente, de la accesibilidad y de las indicaciones médicas. En general se canalizarán las radiales, aunque también se puede realizar en ambas femorales y pedias.

Si la elección es una radial se efectúa la maniobra de Allen mediante la que comprobaremos la existencia de pulso colateral. Si éste existe y el estado del paciente lo requiere se pueden poner 0.1-0.6 cc. de anestesia local intradérmica (mepivacaína al 1%) en el lugar de punción, teniendo cuidado de no perder el pulso al instilar el anestésico. Si la punción no es urgente pueden emplearse pomadas anestésicas (EMLA), que ejercen su ación en unos 90 minutos. Previamente averiguar, como es lógico, si el paciente presenta alergia a algún anestésico local.

Los set de punción arterial vienen compuestos por una aguja metálica, un fiador y el catéter.

Puncionamos con la aguja en un ángulo de unos 30º con respecto al plano cutáneo y una vez que el bisel de la aguja se encuentre dentro de la luz de la arteria se introduce sin forzar en ningún momento el fiador o guía metálica. Tras colocar el fiador retiraremos suavemente la aguja metálica, ejerciendo una ligera presión con unas gasas en el lugar de punción.

Procederemos entonces a montar el catéter sobre el fiador y a iniciar su inserción, teniendo especial cuidado en ver la guía por el extremo distal del catéter antes de introducir completamente éste en la arteria.

Se retira el fiador y se conecta al transductor con el sistema de suero previamente heparinizado y presurizado.

Se hepariniza la solución salina con 1 ó 2 U.I. de heparina sódica por ml. de suero, esto es 500 ó 1000 unidades de heparina en un salino de 500 cc. La presión del manguito debe ser de 300 mm. de mercurio para asegurar un flujo de 3 ml/h. gracias a un capilar fino que existe en el transductor, de esta forma se mantiene el catéter permeable y se evita la formación de coágulos en la punta del catéter. Por ello la función de transductor es doble, por un lado mantiene el sistema permeable, mientras que también cambia una onda de presión hidrostática en una onda electrónica que el monitor interpreta y amplifica en la pantalla. El sistema se puede lavar con un flujo mayor de líquido accionando una válvula adicional de goma que incorpora el transductor.

El transductor se colocará a nivel de la aurícula derecha del paciente y se realiza un calibrado a nivel de la atmósfera en dicha posición. En estos momento se visualizará la onda de la presión arterial del paciente en el monitor.

Se fija el catéter cuidadosamente a la piel del paciente, evitando toda movilización que pueda llegar a la retirada accidental del catéter y tras la limpieza de la zona se coloca un apósito estéril cubriendo el punto de inserción.

Debemos procurar que la mano del paciente no esté en declive para evitar el edema que se produciría en ella, debido al líquido que se perfunde.

Complicaciones:

1. Complicaciones infecciosas:

1. Infección del catéter no complicada.

2. Infección del catéter complicada (tromboflebitis séptica).

3. Bacteriemia y sépsis por catéter.

2. Complicaciones no infecciosas:

1. Complicaciones vasculares:

1. Embolismo gaseoso.

2. Tromboembolismo.

3. Hemorragia.

4. Hematoma.

5. Pulso descendido o ausente distalmente al lugar de punción.

2. Miscelánea:

1. Arritmias.

2. Desplazamiento del catéter.

3. Alteraciones hemodinámicas.

4. Alteraciones cutáneas.

5. Presiones inexactas.

Inserción de catéteres cortos venosos

1.- Introducción

La utilización de vías venosas para la administración parenteral de sustancias se viene realizando desde hace varios siglos, pero lo que ha determinado la evolución de esta técnica en las últimas décadas ha sido la disponibilidad de materiales mejor tolerados por el organismo que facilitan la punción y la perfusión de las sustancias compatibles a administrar, así como el desarrollo de los cuidados de Enfermería que se precisan para su mantenimiento y manipulación.

En el área pediátrica esta mejor disponibilidad se ha visto aún más justificada por la necesidad de calibres de sistemas de venoclisis adecuados para su utilización en recién nacidos, lactantes y niños, que ha requerido de un esfuerzo conjunto de adaptación e investigación en la búsqueda de materiales idóneos para la implantación de sistemas de venoclisis para la perfusión de soluciones endovenosas.

La importante producción científica de los últimos tiempos sobre la utilización de catéteres ha estandarizado su empleo en el ámbito pediátrico, racionalizando su implantación con el único fin de mejorar la calidad de los cuidados ofrecidos, discerniendo completamente la necesidad de inserción de los diferentes sistemas de perfusión según las necesidades de cada uno de los pacientes.

No corresponde a este capítulo reseñar la utilización de catéteres centrales, pero sí mencionar que su utilización se ha extendido desde hace un par de décadas, para facilitar la administración de tratamientos largos y bastante agresivos, minimizando las posibles complicaciones derivadas de éste.

El juicio crítico de la enfermera será indispensable en la decisión del sistema de perfusión a emplear en cada caso, en función de los requerimientos

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